Sin Rodeos

[Por Fernando Hernández Gómez]

fdohernandezg@hotmail.com

La cultura del ‘no pago’

La (sub) cultura del ‘no pago’ que es muy común para la mayoría de los tabasqueños, impacta no sólo los ingresos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) –contra la que desde hace 24 años se declararon en resistencia civil en protesta por las altas tarifas que aplica en la entidad– sino también de organismos locales como el Sistema de Agua y Saneamiento (SAS) de Centro y la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento (CEAS) que, por los pasivos de sus clientes morosos, enfrentan problemas de viabilidad financiera.

Por lo menos siete de cada diez usuarios domésticos del servicio de agua potable no pagan, nunca, los recibos por el consumo del vital líquido. Esto nada tiene que ver con las tarifas, pues el agua potable que se suministra en Tabasco es la más barata del país –87 centavos por metro cúbico en el municipio de Centro y 76, en el resto del estado–. Pero pocos tienen la costumbre de pagar el líquido que consumen en sus hogares.

Para tratar de mejorar los ingresos por el servicio del agua que está obligado a suministrar en condiciones óptimas para el consumo humano, el ayuntamiento de Centro ha estado sopesando si aumenta el precio del líquido, cuyo costo de producción es de 14 pesos por metro cúbico; es decir, lo cobra mil 500 por ciento debajo de su precio real. Aunado a ello, a esta administración capitalina le dejaron una cartera vencida de más de 500 millones de pesos.

A diferencia de las tarifas que la CFE ha aplicado en la entidad –de las que todo mundo se queja–, el agua potable se cobra a bajo precio. El coordinador del SAS, Luis Contreras Delgado, se lamenta que en Centro “el agua prácticamente se regala, porque tenemos 152 mil tomas, de las cuales entre 149 a 150 mil son domésticas, y no pagan el servicio; se cobra en 87 centavos el metro cúbico y no la pagan”; por ello, hay un rezago de 75 por ciento en el cobro, que estimó en 460 millones de pesos. (Telerreportaje, 21Abr.2019)

Tampoco el servicio de agua que se brinda es de la calidad, ni en la cantidad deseada. En muchos puntos de la capital tabasqueña, la población se queja que reciben agua turbia, y en 16 localidades del municipio padecen desabasto.

Por esa mora no es posible avanzar en infraestructura de agua potable en la capital tabasqueña, ya que el ayuntamiento no puede atraer recursos propios para atender las necesidades del sector, indicó el coordinador del SAS. La única forma de obtener más recursos es que la Federación se los otorgue.

Igual de complicada es la situación para el organismo estatal que distribuye agua potable al resto de la población de la entidad. “De 108 mil usuarios registrados en la CEAS, sólo tres mil pagan de manera constante”, revela su coordinador Armando Padilla Herrera.

“Me encuentro en el organismo una recaudación de 34 millones de pesos (al año), y operamos con 688 (millones), o sea que es inviable financieramente. Al mes de noviembre está en cerca de 48 millones de pesos, nunca había recaudado el CEAS este dinero”, precisó Padilla Herrera.

Esto ocurre porque las autoridades abandonaron el sistema de agua de Tabasco, y la cultura del ‘no pago’ generó que se dejara de cobrar por el servicio, lo que tiene en la situación actual al estado, lamentó. (Telerreportaje, 10Dic.2019)

Puso como ejemplo que la ciudadanía paga 31 pesos por un garrafón de agua purificada (1.55 pesos el litros), pero no paga el agua potable que le suministra CEAS a 76 centavos el metro cúbico. Indicó que esta situación debe terminar. “Tabasco no era un pueblo de sinvergüenzas. Yo soy hijo de un obrero; en la pobreza se pagaba la luz, el agua. Tabasco no era un pueblo de rateros. Esto se fue descomponiendo cuando el pueblo se dio cuenta que el gobernante robaba. Ahora tenemos que poner orden y poner el ejemplo”, remarcó.

Sin recursos para operar, a CEAS se le dificulta atender el abastecimiento de agua potable en Huimanguillo, Cárdenas, Comalcalco y Paraíso. Armando Padilla habló de los indicadores: “el INEGI –asentó– da 86 por ciento de cobertura de agua en el estado; la Conagua da el 89. La realidad es que el servicio no está al 100 por ciento de eficiente en el estado. Inclusive, en este momento, la principal planta de agua potable que es El Mango, anda en el 60 por ciento de eficiencia (debe llevar el líquido a 500 mil habitantes). Si a ese 60 por ciento le agregas la baja presión, se hace más interesante el problema”.

¿Qué hacen los organismos que operan los sistemas de agua potable para allegarse recursos? En el gobierno capitalino creen que ofreciendo jugosos descuentos a los usuarios (90 por ciento en multas y recargos), éstos podrán ponerse al día. Pero falta hacer más. Hay que concientizar a la población de lo que cuesta potabilizar el agua que se extrae de ríos con exceso de turbiedad. Hay que educar para una cultura de pago puntual. Y, obvio, hay que invertir en las campañas para que la gente se entere; incluso, ir pensando en un borrón y cuenta nueva. Si se pudo con la luz, ¿por qué con el agua no?

AL GRANO

ÚNICO, EL FERVOR guadalupano de los mexicanos… Me hace recordar aquella escena al pie de la cruz, que relata san Juan, para revelarnos que la madre de Jesús es, también, madre de sus discípulos… Refiere el apóstol: “Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: ‘Mujer, he ahí a tu hijo’. Luego dice al discípulo: ‘He ahí a tu madre’.” (Jn 19, 26-27)…

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