[Por Carlos Alberto Merodio]
“SEDAFOP en la 4T”
La palabra rural viene del latín ruràlis, que significa CAMPO, bajo ésta connotación el campo se convierte en el objeto sustancial del desarrollo para cualquier sociedad que pretenda Transformarse; gran parte de las estrategias aplicadas en México durante el último siglo han estado subordinadas a proyectos de desarrollo económico y social de carácter global; es decir, las acciones locales de desarrollo rural solían ser una réplica de macroproyectos formulados desde la esfera internacional o desde las burocracias gubernamentales; en pocas palabras lo que se ha hecho con el campo desde la burocracia en los últimos tiempos, en nada corresponde a la realidad del mismo.
Sin contar que la influencia disciplinaria en el desarrollo rural ha estado dominada durante tiempos añejos, por la economía y las ciencias agropecuarias, con menoscabo de otras disciplinas y enfoques metodológicos que amplíen los estudios del desarrollo sostenible como la antropología, la sociología, la biología y por supuesto la pedagogía, entre otras; y lo más importante las políticas públicas se aplicaban en la gran mayoría de los caos, excluyendo las demandas concretas de quienes viven y producen en el entorno rural.
En la era de la cuarta trasformación la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), a cargo de Víctor Manuel Villalobos Arámbula estableció desde el inicio de la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador, una serie de políticas públicas enfocadas a múltiples proyectos prioritarios entre los que destacan: la Canasta Básica, la Producción para el Bienestar, el Crédito Ganadero a la Palabra, Precios de Garantía y el llamado Programa Nacional de Fertilizantes; para los que se destina ahora si de forma trasparente un presupuesto anual de 65 mil 435 millones de pesos de forma conjunta, y lo más importante toda acción gubernamental en el sector se realiza tomando en consideración sustancial la voz y las necesidades prioritarias de los productores del campo.
En lo concerniente a Tabasco, la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Forestal y Pesca (SEDAFOP) a cargo de Jorge Suárez Vela, a un año de tomar las riendas del organismo los resultados plausibles son evidentes, caso concreto los avances del Programa de Desarrollo Rural, que mejora los procesos productivos de las Unidades de Producción Familiar, impulsa la incorporación de un mayor número de productores y por supuesto incentiva y articula la investigación en el rubro agroalimentario; proyectos considerados como minuciosos para Dependencia Tabasqueña son los relativos al Desarrollo Territorial (PRODETER), que ya es una realidad en 99 localidades de los municipios de Huimanguillo, Nacajuca, Tacotalpa y Balancán, maíz mejen, cacao y chigua, y en los que se están destinando 33.7 millones de pesos; se estarían invirtiendo a partir del arranque de la administración de Adán Agusto López, más de 31 millones de pesos del Programa de Concurrencia en infraestructura, equipamiento, maquinaria y material biológico para la producción de 15 cultivos; además, que se tiene cubierto en su totalidad el Seguro Agrícola Catastrófico.
En entrevista exclusiva el Secretario Suarez Vela quien pone un toque distintivo a su actuación por su cercanía con la gente, detalló; que a la fecha se tienen autorizadas 266 solicitudes del Programa de Concurrencia, las cuales representan una inversión de 16.3 millones de pesos, para especies apícola; bovino carne, doble propósito y leche, ovinos y porcinos; destacando que el Gobierno Estatal rehabilitó ya el Centro de Capacitación y Reproducción de Especies Menores (CECAREM), y en la actualidad cuenta con aves, porcinos, ovinos y colmeneros; culminó que en el preludio del primer informe de gobierno de la actual administración, se ejercen más de 15.6 millones de pesos en los sistemas camarón, ostión, tilapia y escama marina; se apoyan 33 granjas de acuacultura rural con 4.6 millones; y tres millones más a granjas de engorda de ostión en suspensión en Cárdenas y Paraíso, con los que se busca beneficiar a un mayor número de productores tabasqueños, a los que ahora sí; se les escucha y atiende.