[Por Fernando Hernández Gómez]
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Confianza, ¿reconquistada?
El primer régimen perredista de Tabasco inició con un bono de confianza envidiable por la esperanza que los ciudadanos depositaron en Arturo Núñez Jiménez para que sacara a la entidad de la debacle en que lo dejó su antecesor.
Limpiar el desorden del granierismo obligó a aplicar medidas drásticas de orden y austeridad en gasto público, que limitaron el quehacer gubernamental e impidieron satisfacer cúmulos de demandas añejas y nuevas de tabasqueños.
A las crisis financiera y hospitalaria heredadas, a deudas con un mundo de proveedores, a la nula inversión en la rehabilitación de la infraestructura existente y a indicadores deficientes en servicios, como el educativo, se sumaron en el camino dos problemas que atacaban a toda la nación pero que en Tabasco lo hicieron de manera inaudita: desempleo e inseguridad.
Este escenario desencadenó una percepción de que las cosas no estaban funcionando, que el gobierno era rebasado por la complejidad de los problemas, y el voto de confianza que se otorga a todo gobierno al inicio de un nuevo régimen comenzó a degradarse.
La caída de los precios del petróleo llevó el desempleo a niveles inusitados: 7.2 por ciento en agosto y ocho puntos en septiembre. Inversiones federales se cancelaron, la ayuda presidencial emergente prometida en mayo nunca llegó y decenas, cientos de empresas, bajaron sus cortinas.
El motor del desarrollo económico de la entidad –Pemex– se convirtió, de pronto, en el factor de la crisis económica y de problemas sociales.
Según la Secretaría de Desarrollo Económico estatal, los últimos dos años 12 mil personas fueron despedidas de la industria petrolera en Campeche y Tabasco. Pero los cesados en la vecina entidad trabajaban en plataformas marinas de la Sonda de Campeche y residen en nuestro estado.
A la par, creció la incidencia delictiva. Repuntaron secuestros, robos de vehículos, hurtos de cajeros y asaltos a cuentahabientes.
El vínculo de confianza de los tabasqueños en el gobierno estatal se fue debilitando, pero todavía le permitió a Arturo Núñez, a mitad de su mandato (2015) conservar la mayoría en el Congreso local, al PRD seguir gobernando la mayoría de los municipios e incluso retener el municipio de Centro, sometido a una elección extraordinaria (2016).
A partir de la segunda mitad del tercer año de su gestión, Núñez Jiménez hizo obligados ajustes en su gabinete. Requería cambiar estrategias de operación, urgían resultados para revertir números negativos y mejorar esa percepción que siempre es más alta que realidad.
Hoy, los dos hombres de más confianza y poder en el gobierno nuñista, Gustavo Rosario Torres y Amet Ramos Troconis salieron, en vísperas del IV Informe de Gobierno, a hacer un balance de los desempeños de las políticas públicas relacionadas con la gobernabilidad y las finanzas de la entidad.
Rosario Torres aseguró que la seguridad encomendada a la Secretaría de Gobierno “es una lucha permanente”, y la definió como una tarea esencial para preservar el estado de derecho y la convivencia civilizada.
Destacó que, como nunca antes, en el presente periodo se han recuperado automóviles robados y se han desarticulado bandas de criminales, y aseguró que el gobierno estatal continuará trabajando para ofrecer más resultados, porque “la confianza no se gana gratuitamente, se construye todos los días”.
Ramos Troconis aseguró que Tabasco se ubica en los primeros ocho lugares del país en materia de finanzas sanas, lo cual nos ha permitido ocupar el primer lugar nacional en la captura del Impuesto Sobre la Renta (ISR) con una recaudación de más de mil 300 millones de pesos anuales.
Resaltó que como resultado del buen manejo de las finanzas, se emplearon 500 millones de pesos para pagar a proveedores de la pasada administración; se adquirirá una reserva territorial de 110 hectáreas para proyectos estratégicos y se ha preservado la calidad crediticia en el pago del servicio de su deuda.
El secretario de Finanzas desmintió a aquellas voces que afirman que Tabasco tiene uno de los presupuestos más altos del país, ya que después de que se cambió la fórmula de participaciones en el 2007, a la entidad le corresponde sólo cuatro por ciento del total, cuando antes le daban el 8.7 por ciento.
Y afirmó que Tabasco va “por buen camino”, gracias a la estabilidad que el gobernador Núñez le ha dado a su administración.
En el IV Informe se hará un balance más detallado de cómo se han afianzado la gobernabilidad y la estabilidad financiera, y cómo se ha ido recobrando la confianza ciudadana en el manejo de los asuntos públicos, sobre todo en temas como seguridad y empleo, éste que comienza a repuntar con inversiones privadas y la diversificación de la economía estatal.
AL GRANO
EL TITULAR DE la SEP, Aurelio Nuño Mayer traerá la representación presidencial al IV Informe de Arturo Núñez, el 13 de noviembre. Reconocerá el funcionario federal que esta entidad en manos del PRD le ha respondido mejor que muchos estados gobernados por el PRI, a la Reforma Educativa.