Vive Carlos Madrazo en sus obras e ideales

Carlos Alberto Madrazo Becerra

[Eugenia Rodríguez]

La fundación que lleva el nombre del ideólogo tabasqueño realizará este lunes 06 de julio el centenario de su nacimiento

Madrazo Becerra fue catalogado por periodistas y escritores del país como un político de ideales adelantado a sus tiempos

Villahermosa, Tabasco.- La obra del «Ciclón del Sureste», dentro y fuera de Tabasco se mantiene vivo,  pues modernizó con espíritu de constructor el estado de Tabasco y mostró un gran interés por impulsar el desarrollo de la actual capital de los tabasqueños, además de ser uno de los ideólogos más destacados del país, es por ello que la Fundación «Carlos Alberto Madrazo» anunció la celebración del Centenario del destacado político tabasqueño este 6 de julio a las 8:30 A.M. en el monumento erigido en su honor.

Y es que es importante destacar que en su administración como gobernador del Estado de Tabasco en el periodo comprendido entre 1959 al 1964, se realizó una reforma fiscal para hacer más equitativa la carga impositiva de los contribuyentes.

También se reorganizó la administración pública estatal; se crearon 16 hospitales y 35 centros rurales de salud; se instalaron 17 kilómetros de drenaje; casi se erradicó el paludismo; se edificaron 536 escuelas y se fundó la escuela de Bellas Artes.

Se construyeron el Malecón de la Ciudad de VilIahermosa, la Escuela Normal, la de Educación Física, la de Oficios, la de Audición y Lenguaje y la de Bellas Artes, la Granja para Rehabilitación de Enfermos Mentales, el Instituto de Rehabilitación del aparato locomotor, la Casa de la Mujer Tabasqueña, el Casino del Pueblo, un Asilo para Ancianos, el mercado público y viviendas para maestros y burócratas.

Asimismo, se construyeron la Ciudad Deportiva y la Ciudad Universitaria para dar alojo a las nuevas escuelas de Medicina, Ingeniería Civil, Comercio y Administración, Enfermería, Veterinaria e Ingeniería Petrolera.

Se edificaron el Lienzo Charro y el Parque de la Ceiba. Además, se pavimentó la capital, se inauguró el nuevo Palacio Municipal y se comunicó al Estado con una red de 990 kilómetros de caminos vecinales.

Poco antes de terminar su gestión, el 6 de diciembre de 1964, asumió la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Era todavía joven en el momento de su trágico fin, falleció el 4 de junio de 1969, junto con 78 personas más, entre ellas su propia esposa, Graciela Pintado de Madrazo, en el Boing 727 de Mexicana de Aviación, que por causas no explicadas, se desvió y el aparato se estrelló en lo más alto de la sierra del Frayle, en las cercanías de Monterrey.

Entristece la muerte de un hombre tan destacado por su inteligencia y gran aporte al desarrollo social del estado de Tabasco.

Torre de control Monterrey

Madrazo sube al avion1

Carlos A. Madrazo Becerra murió la mañana del 4 de junio de 1969, luego de que el avión en que viajaba se estrellara en el cerro del Frayle, a unos kilómetros de Monterrey. Las causas precisas del suceso nunca se aclararon y el caso terminó en el olvido.

La averiguación, así como los reportes dirigidos por el capitán Fernando Gutiérrez Barrios al entonces secretario de Gobernación, Luis Echeverría Álvarez, dan cuenta de múltiples dudas.

Abren tantas interrogantes como sospechas. El expediente describe contradicciones graves sobre los errores humanos y técnicos. Una investigación que terminó convertida en un laberinto de especulaciones y omisiones: una caja negra que nunca apareció, las grabadoras de la torre de control nunca funcionaron, la salida de un vuelo que nunca debió autorizarse, reportes técnicos sin firma ni investigados a fondo. Un cúmulo de desaciertos que a nadie le preocupó indagar.

Si eso fue parte de un crimen de Estado o un accidente, es algo que falta por aclarar. Lea usted.

07:56

—Aquí vuelo 704, estamos descendiendo, favor de darnos tráficos y condiciones, cambio.

—No tengo tráfico reportado en el área, últimas condiciones de tiempo: Techo medido 500 pies cerrado, una y media milla visibilidad, llovizna ligera y niebla, cambio.

—“Enterado, pendiente… cambio”.

07:57

—Torre de control, el Faro de Ciénegas (faro de radioayuda) ¿está operando?, cambio.

—No, por falta de corriente, cambio.

—704 enterado, pensamos hacer un descenso utilizando el marcador de Ciénega de Flores, pero tenemos una interferencia del radiofaro sin identifi cación, pendiente, cambio…

07:58

—Monterrey a la vista, estoy descendiendo.

Estas fueron las últimas palabras que el encargado de la torre de control del aeropuerto de Monterrey registró en su memoria la mañana del 4 de junio de 1969, de parte del piloto del vuelo 704 (un Boeing 727 XA-SEL).

08:00

La torre de control del aeropuerto de Monterrey intentó contacto con el vuelo. Ya nadie respondió, el avión había desaparecido.

En realidad, la aeronave se había estrellado en el cerro Tres Picos de la Serranía del Frayle.

El impacto fue de tal magnitud, que los cuerpos de pasajeros y tripulación quedaron dispersos en un radio de dos kilómetros; entre esos cuerpos, el de Carlos A. Madrazo Becerra, a quien solamente se le pudo identificar por el nombre que llevaba grabado en el forro de su traje.

A partir de entonces, las versiones sobre las causas del accidente se confunden, se contradicen, se vuelven un laberinto sin salida.

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