(Mario Gómez y González)

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Todo está bien: aquí no pasa nada

El gobierno de Tabasco, contribuye en gran medida, a la politización que se le está dando a la pandemia de coronavirus o covid 19, que hasta ayer martes ya entrada la tarde, ubicaba a nuestra entidad en el cuarto lugar nacional en cuanto al número de personas contagiadas y en el primer lugar, de los estados que conforman el sureste mexicano, dentro de ese mismo rubro.

“Todo está bien; aquí no pasa nada”, es el mensaje que la autoridad estatal intenta sembrar entre los tabasqueños, derivado en gran medida, por la falta y carencia de una estrategia de comunicación efectiva que le permita convencerlos de que este regreso a la normalidad, no es un permiso para salir a las calles, sino un nuevo intento por detener el creciente número de tabasqueños contagiados y, peor aún, fallecidos por este mal.

Ante las confusiones evidentes que existen entre los tabasqueños, verbi gracia los mensajes contradictorios que el gobierno federal emite diariamente en boca del subsecretario de Salud, Hugo López Gattel y del mismo Presidente Andrés Manuel López Obrador, (uno dice que la pandemia va a la baja y el otro dice lo contrario; y así sucesivamente en todos los temas inherentes al coronavirus: vaya, ambos ni se ponen de acuerdo), el gobernador Adán Augusto López Hernández, aprovecha el hecho de ser la única voz, para captar algo de la atención popular.

El gobierno tabasqueño, pretende, con el regreso a la nueva normalidad, generar la mayor opinión ciudadana a su favor, aun cuando está consciente de que los números, los escenarios y las circunstancias no le son ni satisfactorios, ni favorecedores: vaya, los casos de paisanos infectados y fallecidos, desafortunadamente van en aumento y, al menos “técnicamente”, a finales de esta semana o más seguro en la próxima, sabremos los verdaderos resultados de este nuevo orden establecido.

Un dato que podría ayudarnos a comprenderlo todo; hace dos meses, poco más o menos, que iniciaban los estragos de la pandemia entre los tabasqueños, el gobierno estatal emitió la “Ley Seca” o cero venta, distribución y consumo de bebidas alcohólicas (cerveza, licores, vinos); aun así, hubieron más de mil personas contagiadas y otras 80 fallecidas.

Ahora, ya “abolida” esta ley seca, hay más de 4 mil tabasqueños contagiados de coronavirus o covid 19 y medio millar de fallecidos; razón por la cual, ya se puede usted imaginar si la medida de relajamiento podrá coadyuvar a que las estadísticas disminuyan.

Alguien le tuvo que decir a la autoridad estatal (suponemos que el Ejecutivo escucha a “alguien”), le tuvo que decir, informar, comentar, comunicar o chismear, que el tabasqueño no bebe solo; que por lo general lo hace con amigos, familiares, conocidos o amigos de ocasión; ahh, y cuando bebe trago, no lo hace con el cubre bocas puesto, sino que se lo quita; luego entonces, las palabras o explicaciones sobren decirlas.

La anulación de la prohibición de la distribución, comercialización y consumo de bebidas embriagantes fomenta las reuniones y convivencias, por lo que en torno a las botellas, habrán innumerables “oportunidades” para que el coronavirus haga de las suyas. Vaya, si mal no recordamos, aquí lo dijeron cuando hicieran las primeras prohibiciones en materia del alcohol.

De ahí que las expectativas nos llevan a pensar que en Tabasco todo está al garete; que en los municipios y en toda la geografía tabasqueña, los estragos del coronavirus irán en aumento, pese a que se enarbole la bandera de que se aumentó la infraestructura, equipamiento y adquisición de insumos (hay dudas sobre esto, derivadas de las constantes quejas de médicos, enfermeras y más personal del sector salud que denuncian a diario falta de ello), lo cierto es que poco se hace para detener y contener el avance del mal.

Vaya, a pesar de que se anuncie, repetimos, que hay capacidad hospitalaria, equipos, insumos, materiales y demás, cada día nos levantamos a enterarnos de que el número de paisanos contagiados se incrementa, lo mismo que de personas que pierden la vida por esta pandemia. Pendientes.

Y Para Usted También

Cierto; estamos a pocos días de que se cumplan dos años del triunfo electoral que llevó a la titularidad del Poder Ejecutivo Federal, al ahora presidente de México, Andrés Manuel López Obrador; sin embargo, a la distancia y conste que es demasiado corta, los resultados evidentes y tangibles no son de los más favorecedores; antes bien, están orillando al grueso de la población a la reflexión y el análisisel presidente tabasqueño, constantemente abre frentes de conflicto; primero por su naturaleza propia de hombre de izquierda; y segundo, porque es la forma de mantenerse vigente ante los mexicanosiniciar, encubar y mantener los conflictos, hacen que la atención social y mediática se cierne sobre él; vaya, no desaparece del espectro social y personal de cada mexicano; lo tienen presente aunque, decir que también lo toman en cuenta, sería materia de otro análisisLópez Obrador, está abriendo muchos frentes de batalla; de pelea, de discusión radical, al menos por lo que a él concierneel conflicto con los gobernadores; sus pleitos con los hombres del dinero (empresarios e inversionistas); su paulatino alejamiento de las clases populares y sociales que le dieron vida y continuidad a su movimientomuchos frentes, a pocas horas del segundo año de su triunfo histórico**dijera “Don Francisco”, el de Telemundo; ¿qué dice el público?

Fue todo por hoyhasta mañana Dios mediante.