[Mario Gómez y González]
¿Quién engaña al Presidente?
El buen liderazgo se basa siempre en la verdad. El presidente norteamericano Abraham Lincoln, era un maestro de la dialéctica y tenía una virtud aún mayor: su extraordinaria capacidad de síntesis. Cuando afirmaba que “Se puede engañar a todo el mundo algún tiempo…se puede engañar a algunos todo el tiempo…pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo”, con este pensamiento estaba sentando las bases de la política contemporánea, por lo menos en cuanto a declaración de principios.
Porque en los hechos, los que tenemos el privilegio de vivir en 2019, sabemos que las acciones de los hombres (algunas y a veces muchas), especialmente en la política, desmienten tajantemente al gran presidente norteamericano. Porque deberíamos –con todo respeto- corregir al presidente Lincoln en el sentido que hoy día y en todas partes, todo el mundo político está más proclive a enunciar medias verdades y desmentir falsedades, con tal de que los que ostentan el poder puedan seguir manteniéndose en su atalaya. Pareciera que el poder justifica la mentira y todo tipo de eufemismos que sostienen las verdades a medias.
Y la mentira sirve para clasificar a dos grupos de líderes: el bueno y el mediocre. El primero sabe que el cambio está a llegar y se prepara para ello. El mediocre, por el contrario, es sobrellevado por el cambio; cuando aflora la mediocridad siempre termina mal la historia. Si se trata de un grupo político, tanto él como su gente y el partido, terminarán expulsados del mercado. En la política, el líder mediocre hará que los ciudadanos padezcan en sus propias carnes los desaciertos de su gestión. Puede ser honrado, pero si es mediocre, no hay salida. Enchufémonos
La mañana del pasado viernes, durante la “mañanera” que ofreció el Presidente Andrés Manuel López Obrador, horas antes de viajar a nuestra entidad, el periodista Marco Antonio Rueda, del diario “Bajo Palabra”, le hizo el siguiente cuestionamiento; “Hoy y mañana estará de gira en el sureste mexicano; usted inició hace 20 o 25 años, una resistencia civil con respecto a las tarifas de luz que se maneja en Tabasco, su estado, sin embargo algunos usuarios se están quejando de que les siguen llegando tarifas altas; ¿qué les puede decir ahora?
AMLO respondió; “Yo ya cumplí; los compromisos se cumplen. Nosotros dijimos que se iba a resolver el problema; se llevó mucho tiempo, porque fue una protesta, una desobediencia civil por motivos de fraudes electorales recurrentes en Tabasco. Es una historia larga de contar, y el gobernador Adán Augusto López Hernández, llegó a un acuerdo con la CFE, aceptado por todos para iniciar una nueva etapa, con el compromiso de que se iba a terminar con la resistencia civil pacífica y se aceptó por la mayoría de la gente. Con el propósito también de bajar las tarifas, se logró eso y se está cumpliendo. Desde luego siempre hay inconformidades, pero siento que no hay razón, porque ya no son las condiciones, se cumplió con el acuerdo. Es decir, ya se inició una nueva etapa. En varios momentos los candidatos prometieron que iban a resolver este problema y no lo hicieron; ahora ya está resuelto; ya se terminó lo de la resistencia civil con el compromiso de que paguen la tarifa justa y es lo que se logró en Tabasco”. Dijo.
Ante esta respuesta tan alejada de la realidad que vivimos los tabasqueños, muchos nos preguntamos, ¿Quién engaña al Presidente?, porque una de dos; o alguien está mintiéndole a López Obrador, o el político más informado del país está defendiendo lo indefendible. El tiempo, más temprano que tarde, pondrá a cada quien en su lugar. Al gobierno estatal le fallo su estrategia de comunicación social (porque carece de ella), y no utilizó los medios adecuados; no supieron explicar el convenio y dieron por hecho que los tabasqueños iban a firmar el “Adiós a tu deuda”; el carecer de un área de comunicación social, les va a costar muchísimos millones de pesos (costo político, económico y social).
¿Porqué? Porque dentro del convenio se asienta que el gobierno de Tabasco se compromete a pagar los adeudos de los usuarios que no hayan suscrito el convenio; pero peor tantito, la CFE, puede cobrar este dinero ante la SHCP vía las participaciones federales que le corresponden a nuestra entidad, y, no solo eso, se cobrarán los pasivos de los dos convenios anteriores (el de Andrés Granier y el de Arturo Núñez), más el actual: poco más de mil 200 millones de pesos. Más dinero de lo que Arturo Núñez, se gastó en comunicación social, A menos que la actual autoridad estatal pague todo, sin chistar.
La CFE tiene poco más de 600 mil usuarios en Tabasco; de estos hay más de 500 mil en resistencia civil y han suscrito el convenio, hasta la primera oportunidad unos 170 mil, por lo que quedan más de 350 mil a los que hay que convencer (no se ve como), de que firmen, ya que solo se esperan que unos 130 mil lo hagan en esta nueva prórroga de hasta mayo del 2020. Por los que no firmen, insistimos, el gobierno tendrá que pagar, más los intereses y saldos de los convenios de Granier y Núñez (otros más de mil 200 millones de pesos que ambos ex mandatarios no pagaron); porque de lo contrario, la CFE se cobrará vía SHCP, por las participaciones federales que le corresponden a Tabasco.
Y Para Usted También
** para que el asunto de CFE vs Tabasco y los Tabasqueños haya llegado a la “mañanera”, es que algo no está caminando bien**por cierto, un allegado al círculo inmediato del poder en la entidad nos decía, que nadie reparó en el hecho de que en esta reciente visita de AMLO a la entidad, no se quedara en Villahermosa, capital y corazón político del estado** ¿y eso por qué?, le inquirimos**”porque las protestas hubieran subido de tono y nos hubiera ido muy mal”**respondió**buen inicio de semana**hasta mañana Dios mediante.