Sin Rodeos

[Por Fernando Hernández Gómez]
fdohernandezg@hotmail.com
Adán: hechos, no promesas
Desde el mediodía de ayer, Adán Augusto López Hernández se convirtió en el gobernador de Tabasco para el periodo 2019-20024. La sesión solemne del Congreso local en que rindió la protesta de ley, tuvo como testigo de honor al Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Y como todo régimen que inicia, su mandado arrancará este 1° de enero con amplias expectativas de que –ahora sí– se superarán el atraso ancestral de la entidad, la pobreza de la mayoría de sus habitantes, la corrupción y opacidad en el servicio público, y el estado de crisis en que recibe el gobierno, traducida en inseguridad, desempleo, deficiencias hospitalarias y arcas vacías.
La asunción del primer gobernador perteneciente a Morena –el partido que hoy gobierna México– fue un acto en que resaló la presencia de López Obrador, que por segunda vez en su primer mes de gestión sexenal regresa a su tierra convertido en mandatario nacional, un gesto que no se daba desde 2001, cuando el entonces Presidente Vicente Fox acompañó en su rendición de protesta al penúltimo gobernante de la era priista: Manuel Andrade Díaz.
Tras el efímero y decepcionante sexenio perredista, hoy inicia en Tabasco la era morenista en todo su esplendor: con un Congreso local controlado en su totalidad, con 15 de los 17 ayuntamientos (incluido el de la capital) en su poder, y con el Poder Ejecutivo ganado con 61 por ciento de los votos en la elección del 1° de julio último por Adán Augusto López Hernández.
El nuevo gobernador no llega con la espada desenvainada; desde la máxima tribuna de Tabasco prometió lo que fue su oferta de campaña: reconciliar a los tabasqueños, con disposición al diálogo, buen entendimiento y eficacia en el ejercicio de gobierno, que posibiliten aquí la cuarta transformación, aunque acotó que esta voluntad no significará impunidad para nadie. “La ley no es negociable; en Tabasco habrá respeto total al estado de derecho”, estableció.
¿Cuáles fueron los compromisos del nuevo mandatario tabasqueño? Ofreció Adán López encabezar un gobierno eficaz al servicio de los tabasqueños, que haga posible a partir de los resultados y no de promesas, un Tabasco más seguro, con tranquilidad y prosperidad. “Terminaremos con el largo periodo de sueños y promesas, para pasar a un Tabasco productivo”, enfatizó.
Y ante invitados como la nueva residente de Tabasco, Rocío Nahle, secretaria de Energía; Octavio Romero, director de Pemex; Beatriz Gutiérrez Müeller, esposa del Presidente; los mandatarios de Campeche, Chiapas, Yucatán, Veracruz y Durango; los ex gobernadores Enrique González Pedrero, Manuel Gurría, Víctor Manuel Barceló, Enrique Priego y Manuel Andrade, legisladores federales y los miembros de su familia, enfatizó: “no soy un improvisado”. Empeñó su palabra y su alma en la entrega total, en la toma de decisiones con inteligencia y en la firmeza en el mando.
En su discurso, Adán López habló del Tabasco olvidado por los gobiernos del viejo régimen, cuyo legado resumió en dos palabras: pobreza y violencia. Remarcó que la reconciliación que impulsará permitirá trascender de un pasado dividido a un futuro compartido. “Dejaremos de lado las diferencias”, afirmó al prometer que iniciará una etapa de pluralismo dinámico en la que todos los actores políticos, económicos y sociales tomen parte. Dijo que su equipo de colaboradores, compuesto por ciudadanos capaces, es ejemplo de que no es un grupo compacto sino reflejo de la nueva pluralidad.
Habló del estado con graves déficits y grandes desafíos que recibe; el más importante, la inseguridad imperante debido a políticas públicas e inversiones millonarias fallidas. Y se comprometió a modernizar, equipar y preparar a las corporaciones policiacas para que “nunca más vivíamos con miedo”.
No podía dejar fuera de su primer mensaje la crisis nuñista: a los burócratas que llevan meses reclamando salarios y prestaciones les pidió 15 días para cubrirles los pagos pendientes. “Somos gente de palabra”, subrayó.
De la crisis en salud –que ha permanecido los dos últimos sexenios–, señaló que tiene su origen en la corrupción imperante vestida de bata blanca que involucra a funcionarios y empresarios que proveen insumos. Comprometió que en seis meses se regularizarán los servicios en hospitales y se acabará la corrupción en el sector y en todas las áreas de gobierno.
Prevalecerán la austeridad y transparencia, y cero tolerancia a la corrupción; “de que se acaba, se acaba”, sentenció como queriendo emular aquel ‘me canso ganso’ de la asunción presidencial. Y le dijo a López Obrador, sentado a su izquierda: “Tabasco será un orgullo en materia de salud”.
Ofreció López Hernández frente al ex gobernador González Pedrero, que retomará su modelo de centros integradores para abatir las desigualdades en toda la geografía tabasqueña. Y dirigiéndose a Romero Oropeza, planteó establecer una relación productiva con Pemex, que trascienda la reclamación, para que las inversiones públicas y privadas en materia energética se traduzcan en bienestar y empleo, y ofreció apoyar ‘con todo’ el establecimiento de la refinería en Dos Bocas.
Después vino la celebración, con miles de tabasqueños congregados en la Plaza de Armas, despidiendo a su paisano, Presidente de la República, quien les deseó feliz 2019. Y al referirse al nuevo gobernador de Tabasco, López Obrador les expresó: “Tengo la seguridad de que las cosas en Tabasco marcharán muy bien; no hace falta que yo esté vigilando Tabasco… Adán me quita un peso de encima, como otros gobernadores que están cumpliendo su responsabilidad, y eso me permite a mi ocuparme de enormes retos, como que mejore todo el sistema de salud pública que está muy mal…”.
AL GRANO
RESABIOS DE CRISIS NUÑISTA… Un sexenio con más de dos mil protestas en vía pública –que van desde paros de brazos caídos a diario el último semestre, hasta bloqueo de vialidades en la capital y de carreteras que comunican al centro y península yucateca– cerró con una manifestación de trabajadores administrativos de la Secretaría de Educación a los que no les depositaron el pago de 85 días de aguinaldo que reclaman… A sabiendas que nadie les escucharía –pues el gobierno aun en funciones dejó de funcionar hace mucho, y el nuevo entra a partir de las cero horas de este 1° de enero–, los burócratas estatales no quisieron dejar que terminara el año sin la última protesta ayer: el cierre de Paseo Usumacinta… LAS PROTESTAS TIENEN muchas causas, pero quizá hay una en particular que puede ser la madre de todas: la decisión del gobernador Arturo Núñez Jiménez de dejar el manejo de las finanzas estatales en manos de un personaje que lo arrastró a la deshonra: Amet Ramos Troconis… Señalaba ayer César Raúl Ojeda Zubieta, que fue secretario de Gobierno en la primera mitad de la gestión nuñista, que fue un “gravísimo error” del mandatario haber puesto en esa posición clave de la administración estatal a Ramos Traconis… En fin, la fiscalización al trabajo de este ex funcionario, en 2018 principalmente, dirá si hubo razón o no en tal señalamiento… Bienvenida la era adancista…

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