[Fernando Hernández Gómez]
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Hacia el sexto informe
En 10 días, Arturo Núñez Jiménez rendirá su VI Informe de Gobierno. Será un momento antecedido por dificultades financieras en su administración, por recortes al presupuesto que le han impedido tener una gestión sin sobresaltos, por manifestaciones de protesta –casi a diario– en su mayoría de empleados gubernamentales a los que no se cubren a tiempo sus percepciones.
Hablaremos hoy, no de las realizaciones de las que dará cuenta el mandatario estatal, sino de la coyuntura en que llega a su último Informe, exactamente a dos meses de concluir su gestión y del relevo en el Poder Ejecutivo, cuando entregará la estafeta a un gobernador de un partido distinto al suyo.
Aunque su partido –PRD– no pudo o no le alcanzó para retener la primera gubernatura que ganó en Tabasco seis años atrás, Núñez Jiménez salió bien librado de la contienda electoral. Ningún partido ni candidato a relevarlo hizo acusaciones de que tuviera las manos metidas para inclinar la balanza.
En la fase poselectoral ha logrado construir una relación tersa con el partido –Morena– que arrasó en las elecciones del 1° de julio. Tanto de parte del Ejecutivo, como de la representación popular morenista se han dado gestos de colaboración para sacar adelante temas legislativos que interesan o son de urgente resolución para ambas partes.
Con quien será su sucesor, Adán Augusto López Hernández, hay un trato bastante cordial que ha permitido trabajar en el proceso de transición.
Y si se pensaba que tras las elecciones se iba a endurecer el trato con su antiguo aliado Andrés Manuel López Obrador, el Presidente electo ha creado espacios y oportunidades para el diálogo institucional entre ambos.
Los focos de conflicto para la administración nuñista no provienen de grupos sociales reclamando desatención o compromisos incumplidos, ni de empresarios con los que, pese a que se han mantenido adeudos millonarios en pagos de proveedurías y de servicios prestados, no se ha llegado a un punto de ruptura.
Los dolores de cabeza para el actual gobierno provienen de dentro: de grupos de burócratas, sobre todo de los sectores salud y educación, con los que no ha podido cumplir pagos de salarios y prestaciones, situación que ha degenerado en manifestaciones públicas –paros de brazos caídos, marchas y cierre de vialidades– que han causado enorme malestar ciudadano.
Aunque pudiera señalarse que el hecho de que estas protestas son un síntoma de que no funciona la política interna, la causa tiene que ver con pesos y centavos –millones, mejor dicho– de los que no se disponen para sortear todos los compromisos contractuales y salariales.
Fíjese que este problema de liquidez ha crispado –según lo que se percibe– las relaciones entre algunos funcionarios de la administración estatal. Le citaré dos casos para soportar esta percepción:
Uno, el presidente de la Comisión de Salud del Congreso local, el morenista Manuel Antonio Gordillo Bonfil, reveló que la Secretaría de Salud les ha pedido el apoyo para que intervengan ‘de alguna forma’ ante la Secretaría de Finanzas (Seplafin) para la liberación de los 125 millones de pesos que se autorizaron reorientar a esa dependencia, y se dijo extrañado de que a pesar de que fue el propio Ejecutivo local el que solicitó la autorización para redireccionar los recursos, una dependencia del mismo gobierno, como Seplafin, sea quien lo obstaculiza (XEVA Noticias, 29Oct.2018); y
Dos, la directora de Administración de la Secretaría de Educación (Setab), Rita Ofelia Contreras, les dijo a trabajadores administrativos reclamantes del pago de prestaciones que la Seplafin les ha justificado que no tienen dinero para realizar los desembolsos pendientes. Esto sucede, “desde hace dos meses y cada quincena”, expuso la funcionaria (Telerreportaje, 30Oct.2018).
Lo bueno es que cerró octubre con la finalización de los dos últimos temas pendientes para el gobierno, en cuestión de pagos a sus trabajadores. Ayer, después de tres días de bloqueos a Paseo Usumacinta y avenida Gregorio Méndez, empleados administrativos de la Setab levantaron su protesta una vez que se les garantizó que este miércoles 31 la Seplafin haría las transferencias para que el lunes 5 o martes 6 se haga la dispersión del recurso. También ayer se dio a conocer que se les garantizó a trabajadores de honorarios de la Secretaría de Salud que exigían el pago de ocho quincenas para 200 empleados, que el miércoles 7 de noviembre quedará finiquitado el adeudo.
Con esto, todos los incendios quedaron apagados, y todo apunta a que Arturo Núñez llegará al 11 de noviembre sin pendientes con sus trabajadores eventuales, ni con los sindicalizados a quienes también se dieron garantías de que ya se tienen reservados cuatro mil millones de pesos para los pagos de salarios y prestaciones –aguinaldos incluidos– de fin de año.
AL GRANO
¿INCUMPLIRÁ SOTOP con la entrega del mercado Pino Suárez antes del último Informe de Arturo Núñez?… Será la segunda obra que la dependencia no entrega a tiempo: la rehabilitación del Centro de Convenciones Tabasco 2000 no estuvo lista para el IV Informe…