[Jorge Jesús de la Cruz]

* EGP, un tabasqueño excepcional

El ex gobernador de Tabasco, Enrique González Pedrero cumple mañana 88 años de vida, motivo por el cual un grupo de amigos encabezados por el empresario Ignacio Cobo y el senador Humberto Mayans, le van a organizar un convivio en la capital del país, para reconocer el aporte que le ha hecho, a la cultura, la ciencia, la política y a la entidad, pero sobre todo a la amistad.

Autor de varios libros, Don Enrique, como le llaman sus amigos y conocidos, es considerado como un tabasqueño excepcional, con una brillante lucidez. En Tabasco no ha habido otro personaje que haya tenido todos los cargos y reconocimientos como él; además de gobernar de 1983 a 1987 la entidad, ha sido Embajador en España, director del Fondo de Cultura Económica, presidente de la Comisión Nacional de Textos Gratuitos, Senador de la República en dos ocasiones, de 1970 a 1976 por el PRI y de 1997 al 2000 por el PRD, maestro universitario; entre sus obras se encuentran Filosofía política y humanismo; Riqueza de la pobreza, Una democracia de carne y hueso, y País de un solo hombre: el México de Santa Anna.

En el año 2003, la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco le entregó el Doctorado Honoris Causa como un reconocimiento a su estatura intelectual y política. Más que merecido.

En 2015 el partido Movimiento Ciudadano le entregó la medalla Benito Juárez, en esa ocasión se dijo que a Don Enrique, le caracterizan la firmeza de sus convicciones y el amor por México. Su trabajo en el terreno de las ideas ha ido aparejado de su actuar en el terreno político. Su rasgo distintivo ha sido la congruencia entre el pensar y el actuar. Tuvo desde muy temprana edad la claridad de que “la política como cosa pública es, y debe ser, asunto de todos”.

Como todo ser humano, con aciertos, virtudes y errores, González Pedrero como Gobernador realizo obras de alto impacto en materia de infraestructura, con la construcción de puentes, como el de Frontera que hace algunos años, por mediación de Humberto Mayans, se le bautizó con su nombre.

En los cinco años de su administración se modernizó la administración pública y se instrumentaron nuevos esquemas de planeación y participación para el ejercicio del gasto. El gobernador fue un incansable promotor cultural en el Estado, como nunca más se ha vuelto a hacer.

A sus 88 años de vida, sus amigos valoran que siga vigente. Es un tabasqueño como pocos, ya que ningún otro personaje de la vida pública de la entidad ha logrado tener los cargos a los que ha llegado, es más, hoy por hoy Tabasco no tiene Embajador, intelectuales, con una trayectoria reconocida como la de Don Enrique. Felices 88 años.

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