[Jorge Jesús de la Cruz]

* Habrá paridad de género, o “juanitas”

Un grave problema que van a enfrentar en breve los partidos políticos será sobre la paridad de género, de acuerdo a la ley, el 50% de las candidaturas con sus respectivos suplentes, debe ser para mujeres, quien no lo acate, serán los tribunales donde los obliguen a respetar ese espacio que garantiza una oportunidad por igual a las féminas en cargos de elección popular.

En la elección del 2015 hubo casos aberrantes, donde para cumplir con la paridad, de manera general en todos los partidos, pusieron a sus esposas, sobrinas, hijas, novias, conocidas como “juanitas”, por aquella historia cuando Andrés López Obrador le pidió a Rafael Acosta Ángeles que aceptará ser candidato y una vez con el triunfo en la mano, debería renunciar para dejarle el cargo a Clara Brugada, en la delegación Iztapalapa en la Ciudad de México, porque estaba impedida para ser candidata.

De ahí surge el término de las “juanitas”, que las usan para ocupar un cargo, pero quien realmente lo ejerce es su conyugue, y esos casos los tenemos en la actualidad en varios municipios, porque indebidamente el IEPCT avalo el nepotismo, al aprobar la planilla de regidores, llevando a sus esposos como Síndicos de Hacienda.

Hoy en día son pocas las mujeres que pueden ser competitivas en cualquier partido político, no faltará quienes acusen, serán las mismas de siempre, pero sucede que no hay una formación de cuadros femeniles que pueda demostrar a un grupo fuerte con capacidad de disputar con firmeza una candidatura; lo que va a suceder es que las van a colocar en los municipios y Distritos donde consideren es una causa perdida, para cumplir con el requisito legal.

Revisando partido por partido, hay pocas mujeres con posibilidades de ser candidatas por méritos propios, con la capacidad de hacer una campaña seria, que le permita conquistar las simpatías ciudadanas. Hace algunos meses, la doctora Ady García promovió a través de un spot, el respeto a los espacios para las mujeres, con la participación de diversas damas respetables del entorno político, sin embargo, no sabemos hasta donde asumieron los dirigentes partidistas el llamado que se hizo en aquella ocasión.

En las definiciones de candidaturas, se espera caras nuevas, rostros de mujeres que vean la actividad política con seriedad; si los partidos políticos siguen impulsando a las “juanitas”, les estará faltando el respeto a todas las damas que pueden desempeñar bien un cargo de elección. Aunque no se descarta, recurran de nuevo a esa artimaña, de usar a unas cuantas solo para cumplir con la ley de manera simulada. Veremos quienes si toman en cuentas en serio la participación de las mujeres.

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