[Por Carlos Alberto Merodio]
“Sufragio Efectivo No Reelección”…
Cuando el célebre Francisco I. Madero decidió participar en las elecciones de 1910 emprendió una campaña electoral que en México era totalmente inaudita, durante su desarrollo se trasladó directamente a los pueblos y localidades para dar discursos y convencer a la gente de que él como candidato; era realmente capaz de ganarle las elecciones al Dictador Porfirio Díaz, quien se aferraba entronizado a la silla presidencial durante aquellos últimos treinta años, ocasionando pobreza atroz para los mexicanos y servilismo nacional a los intereses extranjeros.
El nuevo estilo de la campaña maderista (Para la época) consistió en elegir una frase convincente, que sintetizaba el espíritu de su propuesta política; se trataba de «Sufragio efectivo, no reelección», el cual se convirtió, al paso del tiempo, en el lema del Gobierno Mexicano; hoy día muchos de los documentos oficiales con que la burocracia mexicana interactúa, lo incluyen debajo de toda rúbrica gubernamental, para recordarle a todo truhan que pretenda perpetuarse en el poder; nuestro más sentido ideal patriótico.
La no reelección marcaba la oposición a la continuidad del exceso, la corrupción, el saqueo, la impunidad y la injusticia social; como ya es sabido, la chispa maderista detonó LA REVOLUCIÓN MEXICANA, que según estudios precisos del Colegio de México habría tenido un costo social de 2.1 millones de personas fallecidas, seres humanos que dieron su vida; por todo lo que hasta hoy tenemos y gozamos, con todo y los bemoles y estridencias de nuestra realidad cotidiana.
Tras la Revolución Mexicana una nueva dictadura se estructuró en la patria tricolor, el PRI; partido hegemónico y sempiterno emanado de la quietud de los fusiles revolucionarios, diseñó un modelo de país acorde a sus haciendas particulares de permanencia durante más de 70 años: las mismas reglas, las mismas mañas, las mismas trabas burocráticas, el mismo relevo generacional para los de casa, en fin; el mismo dedazo; y se durmió 12 años en que le prestó las riendas de la nación al PAN; que de las ocurrencias de Vicente FOX, la nación pasó al Calderonismo bélico y sangriento acorralando a la nación; dentro de una guerra intestina en contra del narcotráfico; el resultado final, más de 100 mil muertos y los índices de consumo de drogas más altos en la historia del país, sin mencionar el despunte de toneladas de droga distribuidas y comercializadas desde suelo mexicano a lo largo y ancho del planeta; fuera de la soberbia de Martita y los brindis del dipsómano Felipillo, la constante fue la misma durante el régimen blanquiazul: ineptitud gubernamental, corrupción, pobreza, impunidad y la inequitativa repartición de la riqueza.
Reprobados los Panistas en las urnas, El Revolucionario Institucional regresó a la escena pública con el espíritu de concluir proyectos varados, por los neoliberales de fin de siglo pasado, su retorno fue con los mismos bufones avejentados con su maquillaje hipócrita de siempre; pero con los vicios de toda la vida, miles de compatriotas fueron lanzados a la calle de sus trabajos honrados; a su suerte, en aras de una política de estado Reformadora, a la que nadie hasta hoy; ve cola, ni mucho menos cabeza.
En el inter los excluidos han tomado, veredas distintas; arropados con pieles de cordero de supuestas banderas de alternancia, pero con los colmillos con que su naturaleza mezquina les denuncia, pretenden perpetuarse en el poder con la llamada “Re elección”, que millones de espíritus y convicciones le han costado a la patria, la ambición desmedida de poder les hace confundir Alternancia política con Transición a la Democracia.
Alternancia política es la sustitución de un grupo gobernante por otro que procede de un partido político distinto al que gobernaba, en contraparte; transición a la democracia es el puente que se cruza para pasar de un régimen “Autoritario hacia uno Democrático”; este implica llegar a un nuevo pacto fundacional en cuyo trayecto se van construyendo nuevas leyes, nuevas instituciones, nuevas formas de hacer política para beneficio “Palpable de la colectividad”.
En México no existen entidades de medición sobre desempeño de los funcionarios públicos, no hay estructuras que les evalúen; ni en sus capacidades profesionales, ni en el ejercicio de sus funciones, para que la ciudadanía tome puntos concretos de referencia a la hora de emitir su voto; (Ninguna institución les reprueba, les otorga excelencia o los galardona de panzazo), la sociedad solo se concreta a enterarse de sus malos manejos cuando ya han concluido sus funciones; ¿Y en el inter?, la clase política se concreta hablar de sus rendimientos solo en tiempos electorales con términos como popularidad y aceptación, escupe cifras al aire para que la borregada se trague de un bocado la charada, endilgándole a las encuestadoras que se arrendan al mejor postor; el cometido de otorgar cifras alegres y a modo.
Mientras los mexicanos miramos aturdidos a las dictaduras globales, en nuestro país cobran vida otras más discretas, más hipócritas; más peligrosas, las de los mismos de siempre, que con repulsión republicana y anti democrática alzan la voz y exigen en su vorágine desmedida de más y más poder: “SUFRAGIO EFECTIVO RELECCIÓN para MI y RESIGNACIÓN PARA EL INGENUO QUE ME CREE EL CUENTO”.