[Jorge Jesús de la Cruz]

* Candelario Pérez bajo sospecha

Desde que llegó Candelario Pérez Alvarado al Congreso de la Unión, tenía a su cargo la coordinación de Finanzas Públicas de la bancada del PRD, pero en diciembre del año pasado se dio a conocer en algunos medios nacionales que no cuadraban las cuentas, señalando un faltante superior a los 20 millones de pesos, y en caso de no comprobarlo, podría ser destituido de dicho cargo, lo que parece ser, ya sucedió.

Sin embargo, hace dos días Pérez Alvarado emitió un comunicado donde señala que estará de tiempo completo en Tabasco, algo que antes no quiso hacer diciendo que podía combinar el cargo de dirigente estatal con la curul federal, por lo que declinaba a continuar al frente de dicha coordinación.

Lo que hizo Candelario Pérez, –quien por cierto hoy celebra su onomástico en la Quinta Malagón a partir de las 3 de la tarde–, fue, como se dice coloquialmente, ponerse el parche, antes que le saliera el grano. En efecto, existe la presunción de que uso los recursos de la bancada perredista en San Lázaro, pero de manera discrecional, ahora se entiende porque puso en marcha muchos programas sociales, junto a Juan Manuel Fócil, al darle uso personal a un dinero que debió ejercer por igual toda la fracción parlamentaria.

Este agandalle de Candelario ha generado mucho malestar al interior del PRD en la capital del país, por eso su comunicado del miércoles no tiene sustento, solamente pretendió ganar tiempo para curarse en salud, porque saldría a la luz el desfalco que provocó con recursos públicos.

A nivel nacional se dio a conocer que Candelario Pérez dejo el cargo de coordinador de las finanzas públicas, al ser encarado por unos 20 legisladores, por no haber enviado a sus distritos los recursos del fondo discrecional para obras, conocido al interior de San Lázaro como “El fondo de los moches”, que cada diputado tenía, pero resulta que no les dio nada y tampoco aparece ese recurso, porque simplemente, lo ejerció en beneficio propio.

Candelario Pérez por lo tanto no dejó el cargo por congruencia, engaño con su comunicado del miércoles. La razón es de peso, no tiene forma de aclarar el desvío de recursos, y mejor tira la toalla, aunque no podrá estarse escondiendo a los integrantes de su bancada, porque apenas van a la mitad de la legislatura, hay todavía año y medio por delante, para que en aras de la transparencia rinda cuentas claras del maneo discrecional de muchos millones de pesos.

Lo más recomendable es que presente un informe de los recursos manejados como responsable de la Coordinación de Finanzas Públicas, de lo contrario quedará la duda, deja la sospecha de que le dio un uso distinto al que estaba destinado. Vaya paquete que tiene Candelario para poner las cosas en claro.

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