Sin Rodeos

Fernando Hernandez G columna sin rodeos

[Por Fernando Hernández Gómez]

fdohernandezg@hotmail.com

¿Despetrolizar? ¿Con qué?

Tabasco no puede seguir dependiendo del petróleo. Se ha dicho hasta al cansancio que debe despetrolizar su economía; que su futuro está en el sector primario, en las agroindustrias, en el turismo. No hay de otra.

La crisis del petróleo que nos tiene sumidos en una crisis económica nos ha vuelto recordar que si la entidad quiere prosperar y construir un futuro cierto tiene que diversificar su economía y, sin renunciar al potencial que representa la explotación de sus hidrocarburos –por las inversiones y fuentes de empleo que genera–, debe voltear a la recuperación de las actividades del campo.

Pero, ¿cómo hacerlo si nos falta el recurso principal: el dinero?

Nadie podrá negar que, en este cuarto lustro del siglo, del campo tabasqueño surgen buenas noticias; anotemos algunas:

1) Dejó de ser fuente de conflictos por la falta de apoyos oportunos;

2) Emergen con fuerza la siembra de palma de aceite, plantaciones forestales en que somos número uno en el país, limón en que también ocupamos primer lugar y piña en que estamos en segundo sitio nacional, así como plátano y caña de azúcar que se han mantenido pese a vaivenes;

3) La denominación de origen recientemente obtenida para el cacao Grijalva abre expectativas para recuperar áreas de plantaciones y consolidar un proceso de agro-industrialización que posibilite no sólo valor agregado sino concurrir con éxito a mercados internacionales;

4) El establecimiento de granjas de tilapia y camarón, y de invernaderos para hortalizas representa un nicho para la atracción de inversiones privadas y la creación de fuentes de empleos para arraigar a la población rural.

Mucho se debe a que los productores siguen apostándole a cultivos tradicionales y a nuevos. También, a facilidades que se otorgan a empresarios para que establezcan negocios como invernaderos, granjas acuícolas y fábricas de productos maderables –como la que inaugurará hoy en Huimanguillo el Presidente Enrique Peña Nieto–. Y al impulso que, en coordinación estrecha, han dado los gobiernos federal y estatal a la producción agropecuaria.

A esta conjunción de esfuerzos Federación-Estado se le ha denominado concurrencia. Requiere más que nada voluntad de las partes, pero sobre todo la decisión del gobierno estatal de entrarle con su parte a inversiones que se canalizarán al sector agroalimentario.

Déjeme decirle que en el sexenio anterior se perdieron grandes recursos federales porque el gobierno estatal simplemente no quiso concurrir con la Federación en ese propósito de apoyar al campo.

Hoy, esa concurrencia está en riesgo, no porque no exista coincidencia entre los gobiernos de Peña Nieto y de Arturo Núñez Jiménez; al contrario, está mejor que nunca la relación, tanto que los responsables federal y estatal del sector, Carlos Hernández Reyez y Pedro Jiménez León, trabajan al alimón.

El riesgo lo representa la pretensión de recortar las partidas destinadas a programas concurrentes dentro del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2017.

Esta preocupación la expresó el gobernador a la Secretaría de Hacienda el 13 de septiembre cuando pidió reconsiderar la desaparición de los programas concurrentes con las entidades y el seguro pecuario catastrófico dentro del PEF 2017, pues afectarían gravemente al campo.

Son asuntos que preocupan sobremanera porque han sido instrumentos claves para apoyar a los productores, ya que pese a los esfuerzos de reactivación económica, la convulsión petrolera sigue impactando en altos niveles de desocupación, puntualizó Núñez al solicitar a la SHCP un trato diferenciado.

El titular de la Sedafop fue más allá al advertir del riesgo social que ello implicaría y, además, puso sobre la mesa la demanda de pescadores por las restricciones, pese al anuncio presidencial de que se abrirían 10 mil kilómetros cuadrados de aguas marinas para esta actividad en la Sonda de Campeche.

De la información reciente que se dispone, Jiménez León apuntó el 17 de septiembre que el seguro catastrófico –que siempre no desaparecerá–  tendrá un recorte del 12 por ciento el próximo año y habló de la posibilidad de conformar un bloque de secretarios estatales del área de desarrollo rural para exigir a la Federación que no desparezcan los programas concurrentes.

Por lo declarado el miércoles 21 por el delegado de Sagarpa, sabemos que los programas concurrentes tampoco desaparecerán, pero sufrirán una reducción del 50 por ciento en los montos que se asignen al campo tabasqueño en 2017.

Esto implicará, a decir del funcionario federal, que de los 200 millones de pesos que se designaron este año, en 2017 sólo se dispondrá de 101 millones.

Al campo no puede dejársele a la deriva. El Presidente tiene la palabra.

AL GRANO

DE TAN MOTIVADOS que estábamos con los resultados obtenidos en el campo tabasqueño, que habrá que preguntar si seguirá en firme el proyecto de establecer un distrito de riego para el cultivo de más de 250 mil hectáreas en Tabasco y Campeche, con inversión de tres mil millones de pesos a ejecutarse en 2017 y 2018…

Y COMO LOS tijeretazos al PEF 2017 están a la orden del día, el rector de la UJAT, José Manuel Piña Gutiérrez busca lo imposible: blindar a la máxima casa de estudios para que no le recorten los recursos federales solicitados para el año entrante… En 2016 la UJAT ejerce un presupuesto de dos mil 200 millones de pesos, y para 2017 solicitó 300 millones adicionales… Veremos qué tanto interesa la educación para el progreso del país.

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