[Ana Rodríguez]
Los tres homenajeados originarios de Tlacotalpan dijeron sentirse orgullosos de recibir esta distinción y reafirmaron su compromiso por difundir la cultura del Sotavento, en el marco del XXXVII Encuentro Nacional de Jaraneros y Decimistas
Tacotalpa, Veracruz.- Por su invaluable labor en la preservación y difusión del son jarocho y sus diversas manifestaciones culturales, el Gobierno del Estado, a través del Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC), entregó las medallas Guillermo Cházaro Lagos al decimista Carlos Adolfo Rosario Gutiérrez, Andrés Vega a la bailadora Elena de la Luz Ramírez Aguirre, y Rodrigo Gutiérrez Castellanos al decimero Cesar Bolaños Arredondo.
Y es que los tres homenajeados originarios de Tlacotalpan dijeron sentirse orgullosos de recibir esta distinción y reafirmaron su compromiso por difundir la cultura del Sotavento, en el marco del XXXVII Encuentro Nacional de Jaraneros y Decimistas.
Mamá Elena, como le llaman sus alumnos, aprendió a bailar a muy corta edad en el seno familiar, a la usanza de las viejas casonas y solares tlacotalpeños. En el entorno de abuelos y tíos, aprendió a bordar, rejillar y confeccionar el traje de jarocha, que junto con la tarima fandanguera se ha vuelto su compañero inseparable.
Nacida en 1925, es heredera de una tradición familiar y del folclor veracruzano. De la Luz Ramírez ha sido maestra de innumerables generaciones de niños y jóvenes; desde 1974 imparte clases de fandango en la Casa de la Cultura y las Artes Agustín Lara, labor que la misma población sotaventina ha sabido reconocer con el Festival Doña Elena, coraSon de Tlacotalpan, foro que desde 2010 organizan dicho recinto y el Instituto Educacional de la Danza Nandehui.
El festival ha logrado reunir a personajes de la danza folclórica y contemporánea, compañías de baile y agrupaciones musicales en conciertos, montajes escénicos, fandangos y foros, con más de cuatro mil espectadores y un total de 150 músicos y 14 asociaciones de baile.
Guardiana de las tradiciones, doña Elena, por más de 26 años consecutivos, realiza un gran fandango jarocho durante las fiestas decembrinas de la región, fomentando la conservación de las costumbres de Tlacotalpan, considerada Ciudad Patrimonio Cultural e Inmaterial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
A su vez, Carlos Adolfo Rosario Gutiérrez, nacido en 1951, se dio a la tarea de buscar en Baja California a los inmigrantes veracruzanos, paisanos con los que intentó recrear el son jarocho. Tijuana, zona de constante tránsito, cuenta con una población flotante e inestable y con una importante influencia de Estados Unidos por ser frontera, situación que hace difícil su labor, hasta hace 10 años que vio sus primeros frutos.
Es licenciado en Contaduría Pública, egresado de la Universidad Villa Rica. Sonero y decimista por tradición familiar y por convicción, pues su amor por la patria chica, desde hace 25 años, le ha motivado a enaltecer las costumbres y tradiciones sotaventinas en Tijuana, donde está avecindado desde 1990.
Algunos de sus logros han sido la realización de talleres y fandangos, así como la presentación de importantes exponentes del son jarocho en el Centro Cultural Tijuana (CECUT), como Los Utrera, Los Cojolites, Quemayama, Sonex y Los Soneros de Tesechoacán, entre otros. Asimismo, ve consolidado el proyecto Son Chimbicá, donde imparte cursos de zapateado, décimas y verso improvisado.
En 2007, organizó el primer Encuentro de Jaraneros de Tijuana, con la participación de los grupos Trío Pa’ su Mecha, Son de San Diego y Ariles; al siguiente año, arrancará con el primer Fandango Fronterizo, que tiene como característica tocarse en ambos lados de la frontera, cuyo escenario es la malla metálica del muro fronterizo.
Desde hace tres años inició el proyecto Son de Tijuana, con presentaciones en Estados Unidos, en poblaciones como Escondido, Santa Bárbara, San Diego, Chula Vista y Los Ángeles, California. Colaboró con el foro cultural El lugar del Nopal y talleres con el repentista cubano Alexis Díaz Pimienta en la Ciudad de México. En el CECUT introdujo por primera vez la rama tradicional jarocha.
Por otra parte, César Ignacio Bolaños Arredondo gozó desde muy pequeño de grandes eventos en los que la música y el verso eran los personajes centrales, ejecutados por don Paco Aguirre Beltrán, Rutilo Parroquín, Andrés Alfonso, Pablo Coraje, Gustavo Alavés, don Guillermo Cházaro Lagos y, por supuesto, su padre César Ignacio y sus tíos Marcio y Rubén Darío.
También, aunque conoce otras formas de composiciones poéticas, influyeron en su producción decimal su suegro Óscar Ñico Ahuja y Guillermo Cházaro, de quien recibió grandes enseñanzas acerca de las cualidades que debe poseer un buen decimista; además del capitán Raúl Márquez, hombre que escribió la décima espinela como pocos y a quien admira profundamente.
Aparte de su enfoque especial hacia Tlacotalpan, sus temas al versar siempre van dentro de lo reverente, como El México que desea, grandes personajes, asuntos cotidianos, su padre y, por supuesto, el amor que le profesa a su esposa. César Bolaños se caracteriza por publicar diariamente sus décimas en los medios masivos de comunicación, bajo el título La décima de hoy.