[Jorge Jesús de la Cruz]
* El Transbus debe cambiar
* Podría desaparecer esa empresa
El asunto del Transbus no debe dejarse al olvido. Si bien es cierto que ya se determinó que el incendio de 47 unidades fue provocado, lo que deben hacer las autoridades es emprender acciones contra los responsables, incluyendo a los autores intelectuales, porque es evidente que existen muchos intereses como para disputarse el control de la empresa a sangre y fuego.
Desde que Daniel Pérez Guillen dejo la administración del Transbus empezaron los conflictos, principalmente entre Layrez Carrera Pérez con Rubén Salome Cárdenas, quien ya estuvo en prisión, precisamente dentro de la disputa por el control de la empresa. Es obvio que hay mucho dinero de por medio, como para andar en pleitos legales que ha llevado al enfrentamiento a estas personas que antes aparentemente eran aliados.
El mayor perjudicado en estos momentos es el usuario, porque se tiene que subir a unidades que no traen alcancía donde se tenía programa la aceptación de tarjetas de descuento, para estudiantes, la tercera edad y público en general, afectando el bolsillo de muchas personas, porque para no seguir esperando una unidad de las verdes, se tienen que subir a las que implementaron, pagando en efectivo, por lo que no hay beneficio alguno como se tenía antes.
Además las unidades emergentes, algunas carecen del servicio de clima, por lo que no se justifica el pago del pasaje, porque se supone que esa tarifa es para un servicio climatizado, y pago automatizado. Nada de eso hay y tampoco se ha mencionado el plazo para contar con nuevos autobuses para que el servicio se normalice.
Si ya se investigó que hubo sabotaje al Transbus, que las autoridades trabajen con celeridad para deslindar responsabilidades, porque esta quemazón de camiones no debe quedar impune, aunque ahora se quiera justificar que eran chatarra los siniestrados, y que difícilmente podían volver a circular, porque hasta les sacaban piezas para reparar otros.
Se supone que el Transbus era una de las políticas públicas mejor evaluadas por la población en la administración pasada, poco a poco fue a menos, hasta llegar a la situación actual, donde sus dirigentes tienen pleitos judiciales, por el control de un fideicomiso millonario que no se les puede entregar tan fácilmente porque lo van a derrochar, sin ofrecer un servicio óptimo.
El Transbus demostró que al principio era bueno, con el paso del tiempo se vió que ya no era financiable, el problema radica en la falta de mentalidad empresarial en los dirigentes, de allí los problemas de liquidez. Como dueños de combis están acostumbrados a recibir dinero diario, muchos de ellos con vehículos en malas condiciones, sin importarles el usuario. Quisieron trabajar de esa manera con el Transbus y fueron al fracaso, por las ambiciones de dinero que todos los socios tienen.
Agustín Silva debe demostrar que tiene la capacidad como autoridad directa, de resolver este problema. Si se va a desaparecer la empresa, que se haga, previa sanción a los responsables de la quema de autobuses. Si la decisión es mantener al Transbus, que se ponga la administración en personas capaces, que saquen del control de la misma a Layres, Salome y Montoya, porque si ellos continúan, se podrá generar más violencia y los usuarios no deben seguir padeciendo un al servicio por culpa de los administradores de la empresa.
Una nueva empresa seria lo más conveniente, fortaleciendo las rutas existentes, con mejor cobertura. La adquisición de unidades nuevas para sustituir a las que se incendiaron es una cantidad millonaria que ningún transportista tiene, deberá intervenir el gobierno para dar por lo menos el enganche, de tal manera que para hacer una inversión de tal magnitud, lo mejor seria contar con una nueva empresa, que garantice viabilidad, con personas profesionales en la materia, con visión empresarial, porque lo más triste seria que volvieran a circular las Urvan, porque las combis ya no existen, donde los choferes hacían carreritas, teniendo accidentes a diario, perjudicando la seguridad de los miles de usuarios. Se requiere una nueva empresa, pero al corto plazo.
DE LA BITACORA.- Lucinda Tamayo, Secretaria de la Contraloría del estado se fue de compras el Buen Fin y pudo encontrar en oferta el “Premio Tlatoani”, que supuestamente reconoce su desempeño, engañándose ella misma y al mismo gobierno del estado, porque esa organización entrega los premios a quien paga por el mismo. Es decir, no hay una valoración sobre las actividades que se realizan para hacer la distinción. *** Hacen lo mismo con alcaldes y legisladores, que para alimentar su ego y vanidad aceptan las condiciones de pago del premio y lucirse como los mejores, cuando nada de eso es verdad. Es una pena que la Secotab presume el “Premio Tlatoani”, cuando carece de validez y reconocimiento por instituciones de prestigio. *** el gobernador de Zacatecas Miguel Alonso Reyes elogió el desempeño de la maestra Candita Gil Jiménez al frente del Conalep, entregándole un reconocimiento, comprometiéndola a seguir dando su mayor esfuerzo a favor de los jóvenes que cursan sus estudios en este subsistema educativo. *** Por motivos que se desconocen sigue acéfala la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, propiciando atrasos en muchos litigios laborales, ojala pronto se pueda nombrar un titular que atienda con responsabilidad el encargo.
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