[Jorge Jesús de la Cruz]

* Que se respete el voto

Hoy se terminan las campañas electorales, lo que no pudieron hacer los candidatos durante esta etapa, es difícil que puedan lograrlo con guerra sucia los tres días siguientes para ver si el día de la jornada electoral pueden revertir las tendencias que se perciben de acuerdo a las encuestas serias que han presentado sus resultados.

Lo importante de todo el proceso electoral, las campañas, las propuestas, los candidatos, las guerras sucias, es lo que viene el domingo, la participación ciudadana que debe ser libre, confiar en los integrantes de las mesas de casillas esperando que hayan tenido la capacitación necesaria para que los votos se respeten y se cuenten bien.

El domingo es importante salir a votar, decidir por la mejor opción, si quieren hacerlo por una mujer, como Rosalinda López porque son la diferencia en una administración pública, están en su derecho; si deciden cruzar la boleta por una propuesta joven, como Gerardo Gaudiano, con una trayectoria limpia que se viene consolidando, igual es su decisión; incluso si quieren darle el voto a quien ya una vez tuvo la oportunidad, como Evaristo Hernández, que no cumplió, pero que dice tener la voluntad de hacer ahora las cosas de mejor manera, igual, es la decisión de cada ciudadano.

Al final de cuentas, lo que se necesita, es el respeto al voto, como dijera alguna vez Manuel Andrade Díaz, “el que gano, gano y luego no vayan a salir con que a chuchita la bolsearon”; y en efecto, nadie tiene porque incidir en la votación del domingo para torcer la voluntad popular, ya que existen versiones de que se quiere violentar en los cierres de casillas, o en el caso de tener una votación muy cerrada entre los candidatos, que se resuelva en los tribunales.

La decisión popular tiene que respetarse, cada voto cuenta y como tal debe tomarse como válido por la candidatura que mejor les haya complacido; es una falta de respeto a la población pretender insinuar desde ahora que el resultado, en el caso de la elección de Centro, podría resolverse en la mesa de los magistrados electorales, en lugar de darle su valor a cada voto.

En democracia se dice que se gana y se pierde hasta por un solo voto de diferencia, ojala quienes no se encuentren favorecidos con el primer lugar, lo asimilen, entiendan que por algo no les alcanzo el resultado para decirse triunfadores y no querer negociar en una mesa la voluntad popular. El voto debe ser respetado a cabalidad, sino lo hacen, de nada sirve llamar a la gente que salga a expresar su deseo sobre quien quiere sea su próxima autoridad.

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