“Venganza No Es Justicia”

(Por Carlos Alberto Merodio)

La elaboración de consultas y plebiscitos, no se antojarían tan prioritarias en estos tiempos tan infaustos para todos, donde lo más elemental es la salvaguarda de la existencia y el sustento familiar, porque en lo referente a la salud; todos estamos expuestos y prácticamente navegamos en el mismo barco, ese día a día en el que a cualquiera lo abraza el pavor, si aun no lo está; de contagiarse de coronavirus y extender el mal a sus seres amados, y por supuesto no salir librado; y perder la vida.

El tema de la posibilidad de encarcelar Ex Presidentes representaría varias coyunturas desatinadas: obsesión de venganza del presidente Andrés Manuel López obrador por traumas que solo a él afligen, imitación de lo que han hecho otros países en el planeta y su redituable ganancia electoral, un acto de justicia histórica desvelada para los mexicanos por los excesos en regímenes anteriores, un distractor extra, de las muchos que van; para relajar la tención colectiva por tanto encierro y restricción, o un poco de todas las anteriores; cada quién establezca sus conjeturas en base a su criterio personal.
Diversos juristas han establecido que para enjuiciar y de ser el caso encarcelar a un expresidente, no se requiere ninguna encuesta, sería simplemente un acto de aplicación de la ley en todos sus términos; o lo que es lo mismo, solo hace falta voluntad política, para que los tribunales y un juez hagan su trabajo, y procedan en contra de quien se demuestre con pruebas, violó la ley mientras se desempeñó en un encargo público, así se trate de un Ex Presidente de México o un Pito Pérez.

De darse el escenario ¿Como serían los juicios de los expresidentes, uno por uno o todos juntos en un tribunal público en pleno zócalo? No se la jalen que descobijan; no hay duda de la convicción juarista del régimen actual sobre que a los amigos justicia y gracia, mientras que a los enemigos justicia a secas, para muestra el hijo del Chapo, mientras que del otro lado del rio Rosario Robles, algunos gobernadores y ahora los expresidentes, Lozoya es un mero ingrediente para darle sabor al caldo en las elecciones próximas, ese recibe un trato de jefe de estado en aprietos.

En el caso concreto de Tabasco, hablando de amistades férreas, no se ha hecho absolutamente nada sobre las evidentes infamias y tropelías de Arturo Núñez, su bella esposa o los funcionarios y Presidentes Municipales de su administración; quienes gozarían de total impunidad, por pacto o por cofradía de intereses, otro caso como botón, la rapiña atroz y desfachatada que sufrió la UJAT en donde hasta el momento; de haber algún proceso judicial en torno al caso, no se aprecia ningún interés por aclarar legalmente el embrollo universitario.

En la presente Administración Tabasqueña, van tres Secretarios de Seguridad y la criminalidad está imparable, dos Presidentes Municipales la de Jalapa María Asunción Silván y el de Macuspana Roberto Villalpando fueron despedidos con carácter de urgente por incompetentes y rapaces, sin ninguna consecuencia judicial hasta el momento; mientras la mayoría del resto de las comarcas chocas; se encuentran en similitud de circunstancias, el tema de Evaristo Hernández amerita análisis aparte; ¿Quién estaría fallando, el cuerpo amorfo o los pies, del monstro sin cabeza?

Para 2024 ya sabrán los que queden vivos, cuantos muertos propició, el manejo cuestionable de la crisis sanitaria derivada del coronavirus en nuestro país, así como el número de pobres que seguirá generando el sueño “muy válido” de trasformar la nación, usando la técnica nada ortodoxa de barrer escaleras de arriba para abajo, dando besos y abrazos en lugar de balazos, ocurrencias mañaneras; arrojando costales de dinero a un núcleo reducido de la población, mientras se abandona a su suerte al espectro mayoritario de los mexicanos.

Por lo pronto según datos de Amnistía internacional, México ocupa el primer lugar mundial por fallecimientos de trabajadores de la salud a causa del coronavirus, se trata nada menos de la lamentable cifra de 1350 seres humanos que dieron su vida para salvar la de millones, mi modesto reconocimiento por su invaluable proeza, su profesión debe enmarcarse con letras de oro en el Senado, la Cámara de Diputados y todos los Congresos locales de la nación, su actividad profesional debería incluirse en los contenidos de libros de formación escolar, para que las nuevas generaciones valoren aún más, y emulen la pasión del trabajo de los Profesionales de la Salud.

A estas alturas gracias al discurso oficialmente separatista, existe una sobre valoración de la figura presidencial, el presidente de todos los mexicanos sin distingo, ni es todólogo, ni mucho menos debe, ni puede; asumir toda la responsabilidad de la injerencia gubernamental durante su sexenio, de allí que hordas de vivales hacen como que trabajan y traicionan el ideal y la nomenclatura del propósito que los llevó a su cargo: “hacer su trabajo sin desvelo para que todos los mexicanos sin excepción, mejoren su condición de vida”; pero que tal para cobrar el sueldazo.

Es evidentemente visible la ausencia de contrapesos, los partidos políticos se han convertido en meros espectadores “siempre lo han sido cuando no andan en campaña tras el hueso”, con sus particulares excepciones, su comportamiento patético en tiempos del covid 19, de carroñeros a la espera de atragantarse con los votos de los que sobrevivan entre tanta mortandad, les denuncia, les evidencía, les desnuda, los ciudadanos les pagamos millonariamente por no hacer nada para el beneficio colectivo, allí inicia el origen de todos los males.

Por lo pronto 130 mil mexicanos se durmieron involuntariamente por el crimen o por la pandemia, esperando la llegada de la cuarta trasformación; que no se mira por ningún lado, solo se observan encuestas para atizar hogueras de venganza y odio.

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