[Por Fernando Hernández Gómez]
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¿Saldarán deuda con Tabasco?
Hace seis meses, el titular de Sedesol, Eviel Pérez Magaña reconoció aquí que la Federación le ha quedado a deber mucho a Tabasco, porque no se le ha retribuido lo que aporta a la nación con sus recursos naturales. El funcionario federal hizo con ello un reconocimiento a la disparidad que existe en la distribución de la riqueza de este país, que se palpa tanto con el enorme atraso en el desarrollo regional como con la pobreza y marginación de su población.
Aunque en la Secretaría de Desarrollo Social federal se asegura que son más de 26 mil 300 millones de pesos que ha destinado a Tabasco este sexenio para superar la situación de pobreza y las carencias sociales, y que se ha logrado que más de 46 mil habitantes de la entidad superaran su condición de pobreza extrema, en los hechos resultaría muy difícil validar esa versión, sobre todo si tomamos en cuenta que tenemos el índice más alto de desempleo.
Anualmente, el gobierno federal ha venido destinando al estado un promedio de cuatro mil millones de pesos para atender a sus abonados –un padrón de casi 790 mil tabasqueños que reciben apoyos de Prospera, incluyendo a poco más de 210 mil estudiantes becados de todos los niveles–, con lo que, afirmó aquí Eviel Pérez el 10 de marzo último, Tabasco ha disminuido en 2.5 por ciento sus indicadores de pobreza extrema entre los años 2012 y 2016.
En la calle vemos la otra cara de la moneda: gente buscando empleo, quejándose de la delincuencia o de que lo que percibe no le alcanza porque todo ha encarecido. No hay quincena que sea suficiente para el sustento familiar. Sin duda, ese es el gran fracaso del régimen de Enrique Peña Nieto.
La expectativa de los mexicanos y de los tabasqueños es que con el nuevo régimen morenista que encabebezará Andrés Manuel López Obrador, las cosas van a cambiar para bien de la población. Más allá de que se modifique la estrategia de combate a la incidencia delictiva, que se construya una refinería en Paraíso y se incluya a Tabasco en el proyecto Tren Maya, la gente tiene esperanza que habrá beneficios directos que redundarán en sus bolsillos.
A ese panorama –una población empobrecida– se enfrentará María Luisa Albores González, a quien López Obrador ha designado para que se haga cargo de la Secretaría del Bienestar, como se denominará a partir del 1° de diciembre a la actual Sedesol. A la chiapaneca (es hija del ex gobernador Patrocinio González Blanco Garrido) se le ve muy entusiasmada y ayer vino a presumirnos del cambio de estrategia –la reingeniería– en las políticas públicas en materia social del próximo gobierno federal.
María Luisa Albores se reunió aquí con los gobernadores electos de Chiapas, Rutilio Escandón Cadenas; Tabasco, Adán Augusto López Hernández, y Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, con quienes convino conjuntar esfuerzos en la puesta en marcha de proyectos sociales para abatir la pobreza y generar 400 mil empleos mediante la siembra de un millón de hectáreas (150 mil en nuestro estado), con el propósito no sólo de reforestar sino de generar fuentes de ocupación en comunidades rurales.
Con su equipo de colaboradores –entre ellos el comalcalquense Javier May Rodríguez, actual senador, que será subsecretario de Inclusión Productiva y Desarrollo Rural Territorial–, la futura secretaria dio pormenores del trabajo que harán de manera coordinada y transversal en los programas sociales y en el denominado proyecto forestal Sembrando Vida que abarcará también todos los puntos por donde pase el Tren Maya.
Todo suena muy bonito. Esperemos que con los recursos que manejará esta Secretaría del Bienestar no se incurra en políticas asistencialistas clientelares –que por muchos años sirvieron al régimen priista, casi en extinción, como mecanismo de control electoral– y se aporten elementos a la gente para que, desde sus propias comunidades, pueda desplegar esfuerzos y potencialidades para mejorar sus condiciones de vida y contar con fuentes de sustento dignas y duraderas.
Esperemos, como anotaba ayer el gobernador electo Adán López, que con este nuevo enfoque en la política social del gobierno de la República, lleguen –y pronto– tiempos mejores para el sureste y para Tabasco.
“Es la hora del sureste, es la hora de la regionalización del país, del fortalecimiento de las regiones y el sureste no puede ser la excepción. Yo agradezco, como tabasqueño y como habitante de esta región, que el eje de la transformación del país, que es la política social, tenga como punto de partida a nuestros estados”, aseveró López Hernández ante sus homólogos de Chiapas y Veracruz, y la futura secretaria del Bienestar.
Es, pues, la hora de saldar la deuda que la nación tiene con la región sureste y con Tabasco.
AL GRANO
MUCHOS CREEN que la hora de Tabasco significa anotarse en los padrones de bienestar social o del borrón y cuenta nueva en la CFE… ¿Cómo ve?…