Jóvenes duermen en clase por uso nocturno del celular

[Redacción]
Dijo que un desajuste del reloj biológico que coordina no sólo el ciclo sueño-vigilia, sino también el control de la temperatura corporal, la producción de hormonas, la regulación de la alimentación, hace que se sientan somnolientos
Ciudad de México.- El director del Instituto Mexicano de Medicina Integral del Sueño (IMMIS), Reyes Haro Valencia, afirmó que casi 10 por ciento de los jóvenes mexicanos se duermen en clase y tienen bajo rendimiento escolar por uso del celular y otros aparatos en horarios nocturnos.
Y es que dio a conocer que, aproximadamente 60 por ciento de los adolescentes con el uso habitual de pantallas en las horas previas a acostarse y refieren dormir únicamente siete horas por noche.
Resaltó la importancia de tener una higiene de sueño para que los niños y jóvenes tengan un buen rendimiento escolar y evitar que duerman en las aulas.
Dijo que un desajuste del reloj biológico que coordina no sólo el ciclo sueño-vigilia, sino también el control de la temperatura corporal, la producción de hormonas, la regulación de la alimentación, hace que se sientan somnolientos.
Afirmó que la falta de sueño produce lo que se conoce como ‘fase retrasada de sueño’, lo que tiene consecuencias en los ciclos naturales internos del cuerpo que regulan diversos procesos psicológicos y biológicos y provoca que los jóvenes tengan mucho sueño.
Reyes Haro, señaló que siete o menos horas de sueño por noche, es insuficiente para los requerimientos de un adolescente, y gran parte de esto se debe al uso excesivo de teléfonos celulares, pantallas y videojuegos.
Investigaciones realizadas en Estados Unidos muestran que aproximadamente 30 por ciento de los niños en edad preescolar, y entre el 50 y 90 por ciento de los niños y adolescentes en edad escolar no duermen tanto como su cuerpo lo requiere.
Por ello, exhortó a los padres de familia a vigilar la adecuada higiene del sueño de sus hijos, pues los patrones saludables en la niñez y la adolescencia se asocian con menor riesgo de obesidad, mayor bienestar psicológico, mejor funcionamiento cognitivo y menor conducta de riesgo.

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