Columna Cúspide

[Por Carlos Alberto Merodio]
“Crece Gina Trujillo A Contracorriente”
En la actualidad, la participación política de la mujer es el resultado de una serie de movimientos organizados por las propias damas desde finales del siglo XIX y principios del XX; los primeros logros con relación a la igualdad política electoral de la mujer surgen a partir de 1916, cuando en Chiapas, Tabasco y Yucatán se reconoce la igualdad jurídica para que la mujer pudiera votar y ser elegida en puestos públicos de representación popular.
No obstante y a pesar de los frutos alcanzados en las primeras décadas del siglo XX, es hasta 1947, durante el gobierno del presidente Miguel Alemán, cuando a la mujer mexicana se le reconoce a nivel nacional el derecho a votar y ser votada en los procesos municipales; subsecuentemente, en 1953, el presidente Adolfo Ruiz Cortines expide la reforma a los artículos 34 y 115, fracción I constitucionales, en la que se otorga plenitud de los derechos ciudadanos a la mujer mexicana.
A partir del reconocimiento de los derechos ciudadanos de la mujer a mediados del siglo pasado, el género femenino ha ido ganando por mérito propio gracias a su sobrada: honradez, probidad y eficiencia en su desempeño en todas las actividades del quehacer humano, mayor número de espacios de poder en forma gradual; a lo largo y ancho del territorio nacional.
No obstante los alcances antes mencionados, el número de mujeres frente a la conducción de los estados (gobernadoras), ha disminuido en los albores del siglo XXI, por ejemplo en el sexenio de Felipe Calderón solo dos Estados tenían Gobernadora: Ivonne Ortega en Yucatán y Amalia García en Zacatecas; mientras que durante el sexenio de Enrique Peña Nieto sólo una mujer se desempeñó como gobernadora, ella es Claudia Pavlovich Arellano, de Sonora.
A partir de esta consideración histórica en Tabasco la actual candidata del PRI Georgina Trujillo Zentella sortea su primer batalla, la del género; en su titánica intención por consagrarse como la primera gobernadora de los Tabasqueños y en la que por si fuera poco; es la única mujer en una contienda en la que el resto de las opciones electorales son encabezadas por hombres.
Otro de los factores que le resultan desafiantes a la candidata tricolor, son los resultados que como gobierno saliente estaría por arrojar la actual administración Federal que encabeza el Presidente Peña; mismos que serán juzgados por los ciudadanos en las urnas, éste próximo primero de Julio.
Así mismo aunque Trujillo Zentella tiene un indiscutible sentido de pertenencia y enorme conocimiento sobre la realidad geográfica, económica, política y social que imperan en Tabasco; juega en Cancha de visitante, en el entendido que su partido el PRI, actualmente es oposición en la entidad, aspecto que le da cierto margen de lasitud por el hecho de no pertenecer al partido en el poder; el cual en un momento dado, podría usar los utensilios gubernamentales a su alcance; para beneficiar a su candidato oficial.
Y por último Gina Trujillo compite y se esfuerza por ganar la gubernatura de un Tabasco polarizado por la euforia colectiva, que propicia el paisanaje de Andrés Manuel López Obrador y sus altos niveles estadísticos de intención del voto por parte de sus adeptos en todo el país; Gina Trujillo no se raja, se trasforma, se renueva, sonríe serena, no se cuelga galardones ajenos como lo hacen otros que nada de si tienen que ofertar; es prudente, utiliza la propuesta, esquiva la demagogia y la promesa falsa, suma adeptos, convence con dialogo sensato, realista; sabe que el Tabasqueño la conoce desde siempre, sus orígenes y trayectoria; porqué nadie la inventó, ni se la sacó de la manga de la noche a la mañana, no se refugia en la sombra cómoda de la fama ajena, crece a contracorriente por mérito propio; porque sabe que en toda contienda de la vida; quien alcanza tiene todo para ganar o perder en el intento.

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