[Martha Eugenia Rodríguez Berzunza]
*Investigadores de la DACBiol realizan estudios en la Reserva de la Biosfera Pantanos de Centla, donde concientizan sobre su importancia ecológica
Villahermosa, Tabasco.- Amenazados por la destrucción de su hábitat y la caza ilegal, el Cocodrilo Mexicano Crocodylus moreletii, también conocido como “lagarto de pantano”, es una especie del Golfo de México en peligro de extinción desde mediados del siglo pasado, época en la que se intensificó el uso de su piel para fabricar productos comerciales y se disminuyó de manera significativa su población.
Y es que dada la importante función ecológica de estos organismos, entre las que se encuentra mantener en equilibrio la población de peces en los cuerpos lagunares, investigadores de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) han realizado estudios sobre este reptil y otras especies en la Reserva de la Biosfera de los Pantanos de Centla.
En este proyecto efectuado a lo largo de los últimos tres años, participan los profesores investigadores de la División Académica de Ciencias Biológicas (DACBiol), Eunice Pérez Sánchez, Fernando Rodríguez Quevedo, Carolina Zequeira Larios, Jorge Cruz Vera y Natalia Ovando Hidalgo, quienes a través de entrevistas a los habitantes de las comunidades Tres Brazos y Nueva Esperanza, han obtenido información sobre las principales características de esta especie.
Al hablar sobre los alcances del proyecto, el biólogo Fernando Rodríguez Quevedo precisó que ha sido fundamental el trabajo de vinculación con la comunidad, “en el primer año nos dedicamos a los estudios socioeconómicos, a contactar gente del lugar y a saber quiénes querían participar con nosotros; de ahí, iniciamos la segunda parte del proyecto de metodología para definir cuándo ir a las comunidades para hacer los censos diurnos y nocturnos en los cuerpos de agua”.
Durante este periodo, añadió, se hizo la recopilación de datos generales de los habitantes de los Pantanos de Centla, tales como los hábitos alimenticios, actividades productivas, aprovechamiento y valor que le otorgan a los recursos naturales, además del conocimiento que ellos tienen del “lagarto”, como le conocen.
Entre los resultados se identificó que cuando los cuerpos de agua disminuyen, los cocodrilos empiezan a cavar cuevas y abrir senderos entre cuerpos de agua. Por otra parte, se encontró que estos reptiles se alimentan principalmente de peces enfermos o adultos, dejando vivo a los más jóvenes, que posteriormente son capturados y comercializados por los pescadores del lugar.
Rodríguez Quevedo hizo énfasis en que la cultura de consumo de carne de cocodrilo no está arraigada entre los pobladores, aunque es una práctica muy conocida. “La comunidad de los Pantanos de Centla está consciente de la existencia de leyes de protección a este especimen, así como las censuras de acuerdo a la acción”.
“Fue así como concluimos que los cocodrilos cumplen una importante función ecológica para mantener en equilibrio la población de peces y que han aprendido a vivir con las personas de las comunidades, pues existe un respeto entre ellos; por ejemplo, cuando están en etapa de reproducción se mantienen en zonas donde las personas no se atreven a entrar por lo peligroso de lugar”, explicó.
