[Ana Rodríguez]
Aguilar Durán, dijo que el polluelo pesó 156.9 gramos y es alimentado de manera natural por sus padres, quienes, a pesar de ser primerizos, se turnan para proveerle alimento y cuidar de él
Veracruz, Veracruz.- Con el cuidado y amor de sus padres, el primer pingüino nacido en México, en el Acuario de Veracruz el pasado 11 de mayo, crece sano y fuerte después de 38 días de incubación natural y 36 horas de trabajo de eclosión.
Y es que se trata de un pingüino de Humboldt (spheniscus humboldti), cuyos progenitores, Ely, de tres años de edad, y Kike, de dos años y medio, forman parte de la colonia de 10 ejemplares que llegaron hace 11 meses a territorio estatal, procedentes del Parque Zoológico Huachipa, ubicado en las afueras de la ciudad de Lima, Perú.
El gerente técnico del Acuario, Ricardo Aguilar Durán, dijo que el polluelo pesó 156.9 gramos y es alimentado de manera natural por sus padres, quienes, a pesar de ser primerizos, se turnan para proveerle alimento y cuidar de él, algo que harán durante los próximos cuatro meses.
“Empezó a eclosionar el pasado 10 de mayo, y fue el día siguiente que ya estuvo totalmente liberado y se empezó a alimentar, nosotros lo pudimos manejar hasta el cuarto día”.
Agregó que el pequeño se encuentra en uno de los 10 nidos con que cuenta el hábitat rocoso del exhibidor del Pingüinario; aseguró que su nacimiento en cautiverio significa que a los pingüinos les gustó su casa jarocha.
“Se adaptaron muy bien, la reproducción de las especies en cautiverio es sinónimo de bienestar, de que están a gusto. Es el primer pingüino que nace en México, y después de Veracruz muchos otros sitios de conservación se animaron a reproducirlos, tal es el caso del Acuario Inbursa en la Ciudad de México, que tiene ejemplares de la clase Papúa; también el Zoológico de Guadalajara”.
El Pingüinario tiene capacidad para 24 aves y cuenta con incubadoras, sistemas de hidratación para mantener la humedad y manejo de la temperatura ambiental, equipo de filtración y monitoreo tanto del agua como del aire, lo que permite simular las condiciones estacionales del hábitat natural de la especie Humboldt a lo largo del año.
Aunado a lo anterior, la reproducción exitosa de los pingüinos a menos de un año de haber llegado a Veracruz, avala el trabajo profesional y dedicado con que siempre se atienden en el acuario porteño.
Aguilar Durán expresó que el pequeño palmípedo aún no sale del nido y pasarán entre 50 y 90 días para que haga su primera aparición pública dentro del exhibidor, y conozca al resto de los habitantes del Pingüinario; a los tres meses de edad cambiará su plumaje, que ahora es entre negro y gris, a negro y blanco, típico de la especie.
“Cuando cumple 12 meses vuelve otra vez a mudar plumaje y es cuando ellos sacan el smoking, la franja negra sobre el pecho blanco”.
Asimismo, anunció que en los próximos meses será lanzada una convocatoria pública para ponerle nombre al polluelo, pero aún están definiendo los términos de la misma, porque a simple vista no es posible saber el sexo del pingüino y eso podría hacer más difícil nombrarlo; “tenemos que tomar una muestra de sangre, lo que va a llevar algún tiempo”.
Sin duda alguna, el Acuario de Veracruz es motivo de orgullo para los veracruzanos, así como un ejemplo y referencia internacional en el manejo, reproducción y cuidado de todas las especies que alberga; por ello, cuenta con la certificación y reconocimiento de la Asociación Mundial de Zoológicos y Acuarios (WAZA, por sus siglas en inglés), y es miembro de la Asociación Americana de Zoológicos y Acuarios desde marzo de 2014.