Alejandro de la Cruz Hernández, embaucador de policías en Tabasco

(Redacción)

Alejandro de la Cruz Hernández, no es policía en activo de la SSPCT, fue activo en la ex policía estatal de la entonces Secretaría de Seguridad Pública del estado, pero fue cesado de su cargo por haber cometido abuso de autoridad y robo en contra de Epafrodito de la Cruz Santana en el año 2012

Villahermosa, Tabasco a 26 de febrero de 2022.-Se dice líder, se erige como defensor de las causas justas; creó y se autonombró presidente de la asociación civil “Ciudadanos, Sociedad y Uniformados en Acción”, sin embargo, Alejandro de la Cruz Hernández, solo tiene objetivos monetarios a través de la desestabilización de las instituciones con paros y manifestaciones de un grupúsculo de seguidores que cada día se decepcionan más de su actuar y pretenciones personales.

Alejandro de la Cruz es un perfectio embaucador de personas que creen en sus supuestas gestiones que a la larga tienen que entrarle a “las coperachas para el movimiento”. Una muestra: a finales de enero, anunció que elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, harían una “manifestación pacífica” para el 2 de febrero en la explanada de la dependencia, en donde “consensuarían las acciones que podrían emprender ante el descuento del ISR que les hicieron a sus salarios y diversas prestaciones”.

Aseguraba que en la primera quincena de enero, a cada policía les descontaron de 300 a 400 pesos de algunas prestaciones como el bono de comida y dotación complementaria y señalaba que en esa reunión decidirían las acciones que podrían concluir en un paro laboral en la corporación policial. No pasó nada, no tuvo capacidad de convocatoria.

El grueso de los elementos se apegó a los lineamientos administrativos de la corporación y encausaron sus demandas por la vía administrativa. La “cooperacha para el movimiento ascendió a 200 pesos por simpaitzante”.

Lo mismo sucedió al acudir al Congreso del Estado a solicitar los avances sobre el pliego petitorio que presentaron a las comisiones de Seguridad Pública, Procuración de Justicia y Protección Civil; de Derechos Humanos; de Hacienda y Finanzas, así como la de Gobernación y Asuntos Constitucionales.

Sin embargo todas comisiones coincidieron en que no tenía personalidad jurídica para demandar incrementos salariales a nombre de los uniformados tabasqueños.

Nuevamente, anunció otra “manifestación pacifica para finales de febrero o principios de marzo”, pero no ha encontrado eco en sus convocatorias, sus seguidores cada día son menos.

Alejandro de la Cruz Hernández, no es policía en activo de la SSPCT, fue activo en la ex policía estatal de la entonces Secretaría de Seguridad Pública del estado, pero fue cesado de su cargo por haber cometido abuso de autoridad y robo en contra de Epafrodito de la Cruz Santana en el año 2012.

Desde entonces rumia su frustración y ante sus fracasos de ‘gestiones’ su resentimiento crece en contra de la hoy Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

A raíz de esto, y bajo engaños y falsas promesas provoca en los elementos de la Policía la desunión y conflictos hacia la institución, incitando así a realizar manifestaciones y provocando apatía en el cumplimiento de la jornada laboral del policía.

En su supuesta lucha a favor de la comunidad policial acusa ser objeto de persecución por parte de dicha institución manifestando que teme por la vida de él y de su familia, con la finalidad de llamar la atención de los medios de comunicación y de la gente, para victimizarse y desprestigiar a la corporación, sin embargo ya todos conocen su pasado de estafas y mentiras, de fraudes y gestiones que nunca prosperan por no representar jurídicamente a los cuerpos policiacos.

La asociación que encabeza, es sólo un parapeto para su ambiciones monetarias. No da paso sin huarache. Nunca honró el uniforme de la corporación. Fue expulsado por ratero, por abusador. Hoy clama justicia cuando no pudo defenderla y enarbolarla. Alejandro de la Cruz Hernández no es más que un rufián disfrazado de defensor…Si es un defensor, pero de sus interereses monetarios.

El presunto atentado es un delirio de persecución de su oscuro pasado. Sí, ese pasado que le pesa demasiado, tanto como el nombre de “Santo Sapo”.

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