AGENDA POLITICA

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[Jorge  Jesús de la Cruz]

 * Transbus a la deriva

El sistema Transbus cumplió seis años el pasado primero de agosto, sin embargo parece ser que fue una fecha que transcurrió sin pena ni gloria por los pleitos internos para controlar a la empresa entre Layres Carrera y Rubén Salomé Cárdenas, dejando el servicio a la deriva, poniéndolo en riesgo.

Desde su creación se han generado muchos intereses al involucrarse los transportistas en asuntos políticos y apostar en campañas electorales, cuando su único propósito debió ser el cumplimiento de impulsar una auténtica modernización al transporte que debió llegar para quedarse.

Del Transbus se dijo que daría servicio de primera, con choferes debidamente capacitados, unidades climatizadas, cobro automatizado, horario hasta las diez de la noche, hoy prácticamente no queda nada de eso. Los choferes son unos cafres, muchos camiones no tienen clima, el timbre les falla, cobran a la mano porque las alcandías están descompuestas, tardan en pasar hasta 30 minutos en algunas rutas y a las nueve de la noche ya no hay ninguna unidad en servicio.

Aunque se trata de una empresa privada, la SCT debería de intervenir para tratar de recomponer el servicio por el cual se paga una tarifa de 8.50 pesos, que no se justifica. El parque vehicular es de 230 unidades, sin embargo hay decenas en calidad de chatarra en los patios de maniobra que tienen, razón por la cual ha decaído el servicio y tiende a empeorar.

Lo que llama la atención es que a pesar de las pésimas condiciones por las que atraviesa esta empresa, arrastran pasivos millonarios con varios proveedores incluyendo a la agencia automotriz, exista una lucha encarnizada por el control de la misma, llevando al enfrentamiento entre los mismos socios, donde afortunadamente la sangre no ha llegado al río, pero poco ha faltado para que eso suceda, porque los grupos no ceden.

Si el Transbus genera pleitos fuertes entre los socios, representa que hay recursos para tener la empresa en óptimas condiciones, aunque no los aplican debidamente, sino que procuran ese beneficio de manera personal, a como estaban acostumbrados cuando eran dueños de sus combis.

Les ha faltado visión a los transportistas para que el transbus pueda funcionar como una verdadera empresa, pero desde su creación, la han visto como un botín económico, por las apuestas políticas que han venido haciendo. Es una lástima que este proyecto no pueda crecer, la ambición para controlar los recursos los va a llevar a la quiebra, perjudicando a los miles de usuarios que una vez más ven que se sigue experimentando con el transporte público.

E-mail: jorjes99@hotmail.com

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