(Redacción)
La técnica de elaboración artesanal de cerámica de estilo talaverano practicada en Puebla y en Tlaxcala, México, pero también la Talavera de la Reina y El Puente del Arzobispo, en España, por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)
Ciudad de México, a 08 de marzo de 2020.- Javier Corona es parte de la segunda generación en su familia que se dedica a elaborar cerámica de talavera en Tlaxcala. Jacqueline Hernández, su esposa, se siente muy orgullosa de formar parte, desde hace 26 años, de esta dinastía y ser la madre de los hijos que continúan, en una tercera generación, la práctica tradicional en esta genealogía de artesanos.
Y es que a propósito del Certificado de Registro Binacional del “Proceso de fabricación de la cerámica talavera como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad”, que reconoce la técnica de elaboración artesanal de cerámica de estilo talaverano practicada en Puebla y en Tlaxcala, México, pero también la Talavera de la Reina y El Puente del Arzobispo, en España, por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO); Corona y Hernández nos cuentan cómo se elabora una pieza de talavera en San Pablo del Monte, Tlaxcala.
Primero, dicen, hay que seleccionar el barro. Luego, se tamiza para quitarle todas las impurezas (arena y basura, sobre todo). Una vez hecho esto, se remoja y el material obtenido se deja reposar de 15 a 30 días. Cuando ya está espeso, se traslada a unos moldes para quitarle el exceso de humedad y enseguida amasar el barro con los pies y extraerle todo el aire.
Luego, la masa obtenida se embolsa con la intención de preservarla hasta por dos meses en buenas condiciones. Pero a partir de este momento, ya se puede empezar a trabajar la pieza que se desee hacer, sea esto en torno o en moldes de yeso. Cuando la pieza está terminada, se deja secar un día y al día siguiente se la toma nuevamente para darle los toques finales. Terminada la pieza, se la deja secar otra vez, proceso que puede llevar desde una semana hasta un mes.
Es importante decir que debe secarse a la sombra y las piezas más grandes tienen que secarse en unos lugares especiales donde no les pegue ni el sol ni el aire, para que no se rompan. La cerámica de Tlaxcala, contrario a la de Puebla que sólo es blanca con azul, es conocida por los colores ocres, amarillos, azules, naranjas, verdes y cafés que se emplean en su elaboración. Son pinturas minerales que, para fundirse con en el barro y quedar brillantes, deben calentarse a temperaturas que rebasan los mil grados Celsius.
Muchas de las piezas que hoy en día realizan los artesanos que trabajan la cerámica de Talavera, son de colección. Algunas de ellas pueden llegar a costar hasta 20 mil pesos o más. Javier Corona y Jacqueline Hernández elaboran en su taller (ubicado en la calle 5 de Mayo, del Barrio de San Cosme, en San Pablo del Monte, Tlaxcala) desde un salero o un platito de ocho centímetros, hasta piezas de 1.80 metros. (Fuente: Notimex)