[Redacción]
La vocación de los suelos áridos es diversa y aprovechable: las extensas planicies de pastizales o agostaderos son perfectas para el pastoreo y las zonas que concentran la poca humedad sirven para el cultivo de una gran variedad de especies
Ciudad de México.- Por otro lado, estas superficies terrestres contienen recursos minerales. Son igualmente hábitat de muchos animales de la fauna silvestre y una fuente de recarga de los acuíferos. Es por lo anterior que es muy importante su cuidado a través de diversas alternativas.
Los agostaderos, alimentan a los más importantes hatos del país, cuyo aprovechamiento incrementa un gran número de propósitos: desde la producción de cárnicos y leche, hasta la exportación de animales, por tanto es inevitable implementar estrategias sustentables para impedir la sobreexplotación y la presión al ambiente.
Una estrategia importante a seguir para la recuperación de las características originales no sólo de los pastizales sino de gran parte del ecosistema árido es la rehabilitación de agostaderos. Al rehabilitarlos, contribuimos principalmente al incremento y mejoramiento de la calidad productiva. Su buen estado también agiliza la producción pecuaria y beneficia al mantenimiento ambiental de vastas cuencas.
Existen muchas prácticas para rehabilitar los agostaderos, que van desde bordearías a nivel en los agostaderos, surcados lister, cercos de exclusión entre otros y el uso de rodillo aireador, éste es uno de los procesos más rápidos y eficaces.
Este método consiste en un cilindro montado sobre rodamientos en la superficie del cilindro están colocadas y distribuidas, sistemáticamente, líneas de cuchillas en forma helicoidal, cuando el cilindro rueda sobre la superficie del suelo, las cuchillas penetran en la superficie y van dejando una serie de impresiones o pequeñas pozas sobre el suelo, lo que permite aumentar la capacidad de infiltración del agua de lluvia y al mismo tiempo permite airearlo para facilitar el crecimiento de la vegetación.
Rehabilitar los agostaderos es una práctica sustentable que genera un incremento en la productividad de los agostaderos y como consecuencias un incremento en la productividad de los hatos ganaderos, pues al haber suficientes pastizales el peso de los animales incrementa en periodos más cortos, por otra parte, reduce la mortalidad de animales en las épocas de sequía; otra mejora que genera es que al contar con pastos el agua de lluvia se infiltra en los suelos en mayor cantidad evitando con ello el proceso de desertificación.