Para Usted

[Mario Gómez y González]
chayogomezg@hotmail.com
El chivo que andan buscandoDurante el transcurso de nuestra vida es probable que hayamos escuchado que agarraron a fulanito de «chivo expiatorio», ¿alguna vez nos preguntamos por qué decimos eso? La expresión «chivo expiatorio» surgió de una traducción de la biblia del siglo XVI, específicamente Levitico 16; versículos 8 al 10, que es donde se habla acerca de la expiación del pecado.
¿De dónde pues, sacamos lo de «chivo expiatorio»? Estos versos de la biblia explican sobre la tradición de sacrificar dos chivos en Yom Kippur (el día del perdón): uno para Jhaveh y otro para que muera y llegue a Azazel, el ángel caído, pues al morir la cabra se tenía la idea de que los pecados se expiaban.
Hoy en día el término se utiliza para referirse a las personas que no han cometido un determinado crimen, pero terminan pagando por éste, como el chivo que no hizo nada y paga por los pecados del pueblo. También se les denomina así a las cabras que se desmayan. Estas cabras se paralizan después de experimentar sorpresa o miedo. Algunos criadores de cabras los tienen como carne de cañón, y los mezclan con los rebaños para que, ante los ataques de los depredadores, las demás se salven (chale, que gachos).
No estamos descubriendo el agua tibia ni el hilo negro, pero lo cierto es que, al menos hasta el momento, no se aprecian verdaderas intenciones de sancionar, castigar y hacer pagar todas y cada una de las irregularidades que se dieron en el manejo de los recursos y programas durante el sexenio de Arturo Núñez Jiménez; hoy feliz de la vida, junto a Martha Lilia López Aguilera, viviendo en la Madre Patria, España.
¿De que sirve que los legisladores locales se rasguen las vestiduras, cuando hablan del cochinero administrativo y financiero que el gobierno anterior le heredó a la administración estatal actual, si todo indica que al final, nada va a suceder; ¿vendrá un caso más de impunidad, a menos que se consiga un chivo expiatorio que, supuestamente, pague las culpas cometidas y ayude a calmar a una sociedad como la tabasqueña sedienta de justicia?
Muerto Amet Ramos Troconis, al menos eso es lo que se dice, aunque a decir verdad nadie cree esta afirmación, las miradas y las voces se dirigen a la persona de Rommel Frenz Cerna Leeder, ex secretario de Salud de la administración Nuñista, actualmente vive prácticamente encerrado en su residencia en el municipio de Centla, a quien se le “cargarán todas las pulgas”, para que se dé un escenario más de la historia del pueblo romano, por aquello del pan y circo.
Un cercano a Rommel Cerna Leeder, comentó en una ocasión a este reportero, que el ex titular de Salud, se arrepintió de haber aceptado el cargo cuando el ex gobernador Arturo Núñez, se lo otorgó, ya que tuvo que firmar documentación que eximia o quitaba las responsabilidades por el mal proceder de su ex homólogo Juan Filigrana Castro (hoy Notario Público), mismas que Rafael Gerardo Arroyo Yabur, no quiso heredar, porque sabía el galeno, que ello afectaba su prestigio y le daba un pase para ir a la cárcel.
Sin embargo, otra versión apunta a que las irregularidades financieras cometidas por Filigrana Castro y su equipo de incondicionales a quienes incrustó en las áreas administrativas y financieras de la Secretaría y sus instituciones adyacentes (especialmente en los hospitales), jamás fueron borradas o solventadas; más bien fueron maquilladas, con la esperanza de que el brazo de la justicia y las investigaciones cuando salieran a la luz pública, no los alcanzara, porque para entonces, ya no estarían en Tabasco o habrían emigrado a otros cargos públicos del orden federal o se autoexiliarían en otra parte del país o del extranjero.
Y es que al anuncio formulado por el ahora legislador local independiente José Manuel Sepúlveda, en el sentido de que el gobierno de Núñez Jiménez, no solventó faltantes del orden de los 59 millones de pesos del 21 por ciento de la cuenta pública 2018, siendo que tuvieron 150 días para hacerlo, pero, oh sorpresa, nadie acudió o salió a dar la cara por estas irregularidades, había que agregarle otra denuncia pública, más o menos reciente.
De acuerdo a un reporte de la ASF, que abarca un ejercicio de fiscalización de la cuenta pública Nuñista del 2018, salió a la luz pública, a través de los benditos medios de comunicación, que la administración anterior gastó 11.7 millones de pesos para pagar la nómina de empleados del sector salud que no fueron localizados en su centro de trabajo, y de los que no hay constancia de que existan. En pocas palabras, cero transparencia y rendición de cuentas.
Y Para Usted También
Todo indica que las denuncias y señalamientos solo serán mediáticos, pero que a los directamente culpables o responsables (machuchones, diría el clásico), no se les tocará ni con el pétalo de una rosa; si acaso, una sacada de lengua o uno que otro recordatorio del diez de mayo, pero hasta ahí; sin embargo, si la presión social rebasa los diques, pues ya tienen al chivo expiatorio¿Cómo la ve usted?**hasta mañana Dios mediante.

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