Sin Rodeos

[Por Fernando Hernández Gómez]
fdohernandezg@hotmail.com
Adán y la transparencia
Adán Augusto López Hernández se convirtió ayer en el primer mandatario tabasqueño que transparenta totalmente su situación patrimonial; la hizo pública –dijo– no sólo para cumplir una obligación estipulada en la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado sino un compromiso personal con la transparencia y la rendición de cuentas.
Desde que fue establecido en la ley que los servidores deben enterar al órgano de control gubernamental acerca de sus bienes –se instauró en Tabasco durante el régimen de Enrique González Pedrero, que secundó el precepto de renovación moral de la sociedad que pregonó el Presidente Miguel de la Madrid Hurtado–, ningún otro titular del Ejecutivo había hecho público a detalle la cuantía de su patrimonio personal y familiar.
Declaraban en tiempo y forma, sí, pero nadie supo jamás qué manifestaban. Eran otros tiempos. Y lo que se buscaba era contener la corrupción, el enriquecimiento ilícito de funcionarios públicos acostumbrados a robar en despoblado. Las medidas no fueron suficientes; el saqueo al erario y los negocios al amparo del poder siguieron siendo fuente de inmensas fortunas ilegales. Había que ser más estrictos; no dejar cabos sueltos. Eso llevó a ciudadanos que luchan contra la corrupción a impulsar la #3de3; las declaraciones de situación patrimonial, la fiscal y de conflicto de interés.
En la conferencia de prensa en que dio a conocer cuáles eran sus bienes, ayer en Palacio de Gobierno, López Hernández estableció: “No tengo ningún temor, pero además creo que el gobernante tiene que ser transparente. Yo no tengo nada que esconder; ahí, les digo, están mis declaraciones patrimoniales cuando fui diputado local y federal, y senador”.
Esta determinación del gobernador de informar cómo ha ido modificándose su patrimonio personal y familiar en cada una de sus facetas de su vida pública, no expresa más que una enorme voluntad de querer hacer las cosas de manera correcta. Quien nada debe nada teme; agregaríamos: ni lo oculta. De ahí que los ciudadanos podrán conocer cuánto tenía cuando inició su vida pública como legislador y cuánto posee hoy –en propiedades inmobiliarias, en cuentas bancarias, en muebles, vehículos y joyas– como gobernador: una fortuna de poco más de 40 millones de pesos, y cuáles han sido sus fuentes de ingreso.
Ahora –declaró– percibirá casi 105 mil pesos mensuales como gobernador del estado; una cantidad ínfima en comparación con lo que manifestó como ingresos del año pasado: 10 millones de pesos, gracias a su labor como fedatario y accionista en una empresa en la que posee una participación de 51 por ciento. Sostuvo que todo lo que posee es fruto de su trabajo; la mayor parte, de su labor como titular de la Notaría Pública 27, en la que ha emitido más de 50 mil documentos notariales desde hace 24 años.
Habrá quienes se sorprendan porque Adán Augusto López ganaba más como notario que hoy como gobernador –los seis años obtendrá emolumentos por más de 7.5 millones de pesos–, pero esa es una decisión suya y su deseo de servir a su estado, con la voluntad de enderezar el rumbo y transformarlo. Otros que llegaron a los cargos públicos con una mano atrás y otra delante, han construido fortunas que todavía no alcanzamos a dimensionar, y cuando han caído en manos de la justicia, no han devuelto ni un quinto del dinero mal habido. Y todavía tienen el descaro, hoy, de pasearse en nuestras narices.
Antes no sabíamos ni cuánto tenían al iniciar gestión, ni con cuánto se iban al terminarla. Por eso es un buen paso que el gobernador cumpliera su promesa de transparentar su patrimonio y sus ingresos. Será algo a lo que tendremos que acostumbrarnos y a exigírselo a quienes ocupen puestos de dirección o representación en el servicio público.
La cosa no para ahí. López Hernández hizo un exhorto a “los compañeros funcionarios público a que actúen en consecuencia y hagan pública también su declaración patrimonial”. Adelantó: “en cuanto los que me acompañan en mi gobierno, yo he platicado con ellos y van a hacerla pública”. Y dejó esta sentencia: “el que llegue a la función pública se equivoca si piensa que llega a enriquecerse”.
AL GRANO
HOSPITALES AL CIEN… Cuando mentes aviesas quisieron hacer escándalo a raíz de una falla eléctrica intempestiva en el momento en que se practicaba una cirugía en el hospital Gustavo A. Rovirosa –que fue nota nacional, pues nunca se había visto a médicos operar a un paciente alumbrándose con la linterna de un celular–, el gobernador Adán Augusto López supo salir al paso al refrendar su compromiso de que este mismo año, “todo esté funcionando en los hospitales de Villahermosa”… Refirió que está en marcha el programa de rescate del sector salud que recibió en crisis, con el fin de dotar a hospitales públicos de equipos y materiales, rehabilitar su infraestructura y restablecer el abasto de medicamentos… Después de todo, lo que vimos en el hospital Rovirosa fue un equipo médico profesional que cumplió su deber…

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