Esperanza de vida de niños se verá reducida por obesidad, alertan especialistas

[Redacción]

Gómez Peresmitré, dijo que comúnmente la obesidad inicia en la infancia, entre los cinco y los seis años o durante la adolescencia, y estudios han demostrado que quien padece esta condición entre los 10 y 13 años tiene 80 por ciento de probabilidad de ser un adulto obeso

Ciudad de México.- La morbilidad temprana por obesidad afecta el desarrollo normal de los niños, a tal grado que se ha pronosticado que la actual generación de infantes con esta condición será la primera en la historia moderna que tendrá una esperanza de vida más corta, de acuerdo con especialistas.

La profesora de posgrado de la Facultad de Psicología de la UNAM, Gilda Gómez Peresmitré, dijo que comúnmente la obesidad inicia en la infancia, entre los cinco y los seis años o durante la adolescencia, y estudios han demostrado que quien padece esta condición entre los 10 y 13 años tiene 80 por ciento de probabilidad de ser un adulto obeso.

Y es que en un comunicado de prensa de la UNAM, indicó que en los últimos años, esta condición ha ido en aumento de forma alarmante en México, y de acuerdo con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en la actualidad el país ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil y el segundo en adultos.

La responsable del Laboratorio de Obesidad y Trastornos de la Conducta Alimentaria de la Facultad de Psicología mencionó que en la antigüedad estar obeso se relacionaba con el atractivo físico, la fuerza y la fertilidad, sin embargo hoy en día esta condición se ve como la epidemia del siglo XXI.

Hizo notar que las personas obesas no sólo se exponen a una larga lista de enfermedades como cardiopatías, hipertensión arterial y diabetes, sino también a psicopatías como depresión y ansiedad, que en estos casos están asociadas con trastornos de la conducta alimentaria o distorsión de la imagen corporal.

También, tienen problemas para identificar sus propias sensaciones y no pueden distinguir entre el hambre y la saciedad, u otras emociones cotidianas, así que la respuesta es comer.

Además, están las consecuencias psicopatológicas, como el nerviosismo, debilidad e irritabilidad, resultado del seguimiento de dietas hipocalóricas estrictas y de los ciclos de pérdida–recuperación de peso, que los hace sentir culpabilidad y vergüenza al ser criticados por su fracaso.

La especialista universitaria recordó que la obesidad es una enfermedad multifactorial, en la que interactúan múltiples variables predisponentes como las genéticas, metabólicas, fisiológicas, psicológicas, sociales y culturales.

Por ello, remarcó, el tratamiento debe ser multidisciplinario y estar conformado por diversos tipos de intervenciones dirigidas al incremento de la actividad física y a mejorar la conducta alimentaria.

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