Si falta la piñata, no es posada

[Redacción]

La piñata llegó a nuestro país en el siglo XVI por medio de los conquistadores españoles

Ciudad de México.- En nuestro país, las piñatas se elaboraron por primera vez hace más de 400 años en el ex convento de San Agustín, ubicado en el municipio de Acolman, Estado de México. Estas artesanías nunca faltan en las fiestas infantiles y en las posadas navideñas, donde su destrucción expresa la derrota del mal.

Y es que en el portal de SAGARPA, da a conocer que la piñata tradicional tiene forma de estrella, sus siete conos o picos hacen alusión a los siete pecados capitales. El palo con el que se rompe representa la virtud contra las tentaciones, y la venda en los ojos de quienes intentan destruirla representa la fe que es ciega.

La piñata está rellena de dulces, cacahuates, cañas de azúcar y frutas de temporada como: naranjas, mandarinas, limas, jícamas, tejocotes, guayabas, entre otras.

Cuando se rompe la piñata al compás de la tradicional canción: “Dale, dale, dale, no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino”, se tiene la creencia de que obtener los productos de la piñata simboliza la recompensa divina.

La piñata no solo es sinónimo de tradición, sino también de riqueza, debido a que guarda en su interior una rica variedad de alimentos agrícolas que en México registran un alto nivel de producción:

Cacahuate, más de 107 mil toneladas; caña de azúcar, superior a las 55 millones de toneladas; naranja, más de cuatro millones de toneladas; mandarina, más de 291 mil toneladas; lima, superior a las 16 mil toneladas; jícama, más de 193 mil toneladas; tejocote, más de cuatro mil toneladas; guayaba, superior a las 294 mil toneladas.

 

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