Desigualdad salarial, también en trabajo doméstico

(Redacción)

De acuerdo con el INEGI, los hombres, aunque son el porcentaje menor de personas dedicadas a esta actividad, tienen un ingreso casi 20% superior


Ciudad de México 30 de marzo 2023.-El 30 de marzo se declaró como el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, cuya intención es visibilizar esta figura y poner sobre la mesa temas que les permitan mejorar sus condiciones tanto laborales como de derechos, pues no solo abunda la desigualdad salarial, también la informalidad y con ello la falta de garantías.

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), persiste una desigualdad salarial entre hombres y mujeres que se dedican al trabajo remunerado en el hogar.

Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOEN), al cuarto trimestre de 2022, 2.5 millones de personas de 15 años y más estaban ocupadas en el trabajo doméstico remunerado. De éstas, 90.2% son mujeres y 9.8%, hombres.

Sin embargo, a pesar de que la gran mayoría es mujer, su ingreso es casi 20% menor que el de los hombres, pues el estudio detalla que ellas perciben, en promedio, 3 mil 767 pesos mensuales, mientras que ellos 4 mil 399.

Lo anterior se relaciona con que las ocupaciones en las que hay más participación de hombres que de mujeres -como jardinería, vigilancia, choferes y cuidados de personas- tienen, en promedio, mayores ingresos mensuales

Mientras tanto, la clasificación de las personas ocupadas en el trabajo doméstico remunerado, por nivel de ingresos, muestra que 66.7% ingresó hasta un salario mínimo, 24.2% percibió más de uno y hasta dos salarios mínimos y tan solo 2.6%, más de dos salarios mínimos.

“La mayoría de las personas ocupadas en el trabajo doméstico remunerado, según tipo de ocupación, se concentraron quienes realizan actividades de limpieza en casas particulares, además de otras actividades complementarias de aseo”.

Migrar para poder trabajar

El estudio señala que de las 2.5 millones de personas que se dedican a esta actividad, casi una cuarta parte la realiza en una entidad distinta a la de su lugar de origen.

Sobresalen entidades como Quintana Roo, donde 76.5% de las personas ocupadas en el trabajo doméstico remunerado nació en otra entidad o país distinto. En Baja California (57.6%) y Baja California Sur (57.2%), donde más de la mitad de las personas que realizan trabajo doméstico eran migrantes. Por otra parte, Oaxaca (4.8%), Chiapas, (4.4%) y San Luis Potosí (3.4 %) fueron las entidades con menor presencia de migrantes ocupados en esta actividad

Además, las personas ocupadas en el trabajo doméstico remunerado habían cursado, en promedio, ocho años de escolaridad y 5.4% no tuvo instrucción alguna. A su vez, el porcentaje de mujeres sin escolaridad fue más alto que el de los hombres (5.6% frente a 3.8%, respectivamente).

A la sombra de la informalidad

De acuerdo con la ENOEN, el promedio de horas trabajadas en esta actividad es de 33 a la semana, y aunque la Ley Federal del Trabajo señala que esta actividad debe realizarse con un contrato y el otorgamiento de prestaciones, casi la totalidad de las personas está en la informalidad.

En promedio, 96.1% de las personas ocupadas en trabajo doméstico remunerado, es decir, dos millones 356 mil 934, pertenece al sector informal, principalmente como asalariadas informales (92%), mientras que a 3.9% se le clasificó como personas asalariadas formales, 3.8% como trabajadoras informales por cuenta propia y 0.2% como trabajadoras informales con percepciones no salariales.

El artículo 331 de la Ley Federal del Trabajo establece que una persona trabajadora del hogar es aquella que de manera remunerada realiza actividades de cuidados, aseo, asistencia o cualquier otra en el marco de una relación laboral con beneficio económico directo, conforme a las horas diarias o jornadas semanales establecidas en la ley.

Sin embargo, una de las situaciones que enfrentan las personas que realizan esta actividad es que gran parte labora a diario con diferentes empleadores, en distintos horarios y mediante acuerdos verbales, lo que enmarca su labor en la informalidad y ante la Ley no se les considera trabajadoras.

La herencia del esclavismo

Julia Chávez Carapia, investigadora de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que histórica y socialmente esta labor se dejó a las mujeres y hoy en día la situación económica provoca que varias de ellas la efectúen en su casa, departamentos u otras viviendas, por lo que se debe reconocer como una actividad remunerada.

En tiempos históricos se cubrió con los esclavos y otras formas de esclavitud. Por ejemplo: llegaba la mujer, se quedaba en la casa de los patrones en las haciendas desde niña, ahí vivía y moría y sin una remuneración. Ahora ha cambiado un poco, pero siguen dándose condiciones similares, donde una persona se lleva a una niña o joven a su casa y ahí se queda, se convierte en ‘parte de la familia’ y no tiene remuneración solo se le dan apoyos

Por otra parte, Chávez Carapia detalla que se debe diferenciar entre las que laboran de planta en un domicilio, donde inclusive viven, reciben prestaciones, pero sus horarios se amplían y suelen estar disponibles por más horas de las marcadas en la Ley; y en contraparte, la mayoría que acude una vez a la semana.

Como feministas vemos esto como un derecho a demandar y defender. El tema se ha revisado por mucho tiempo en asociaciones de mujeres y se ha abordado de manera aislada y aunque las mujeres trabajadoras del hogar tienen ahora derechos por ley, éstos son desconocidos por la mayoría y, por lo tanto, no demandan su cumplimiento.(Fuente:Noticieros Televisa).

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