Agricultura de conservación un gran paso a la sostenibilidad

(Redacción)

La agricultura de conservación es un método que permite aumentar la resistencia al cambio climático, proteger la biodiversidad y utilizar de manera sustentable los recursos naturales

La agricultura de conservación revierte la degradación de la tierra, protege el medio ambiente y responde a los crecientes desafíos del cambio climático

Ciudad de México a 20 de abril de 2021.- La agricultura de conservación se basa en principios interrelacionados como son la mínima alteración mecánica del suelo, la cobertura permanente del suelo con material vegetal vivo o muerto y la diversificación de cultivos mediante rotación o cultivos intercalados.

Este método, además de ayudar a los agricultores a mantener y aumentar los rendimientos y las ganancias, revierte la degradación de la tierra, protege el medio ambiente y responde a los crecientes desafíos del cambio climático.

Para lograr la sostenibilidad de los recursos naturales en una unidad de producción, se presentan acciones específicas, tales como:

Labranza de conservación: consiste en no voltear el suelo e incrementar su contenido de materia orgánica (MO) y así recuperar sus propiedades, nutrientes y fertilidad.

Este tipo de labranza no requiere de maquinaria especializada, con algunas adaptaciones a los equipos y herramientas con las que la mayoría de los agricultores ya cuentan, es posible pasar de la labranza convencional a la de conservación.

Nutrición orgánica dotar a las plantas de los nutrientes necesarios (minerales, agua y dióxido de carbono (CO2) para que realice sus funciones vitales. Se logra al incorporar rastrojos o pajas en el suelo varias semanas antes de la siembra; añadir nitrógeno en forma de urea al suelo junto con la paja y compostear el rastrojo de dos a tres meses antes de añadirlo al campo. El beneficio radica en evitar la competencia por el nitrógeno entre los microorganismos y las plantas cultivadas.

Selección de semilla propia, consiste en sembrar y conservar semillas de variedades criollas de maíz, ya que son las que mejor se adaptan al ambiente de cada región.

El procedimiento es el siguiente: se seleccionan las plantas que mejor representan la característica de interés.

Las mazorcas seleccionadas se recogen cuando el cultivo ha llegado a la etapa de madurez y se secan al sol. Se hace una nueva selección para eliminar mazorcas dañadas.

Lo anterior son los primeros pasos que permitirán lograr la sostenibilidad de los recursos naturales y sentar bases firmes para la recuperación del recurso suelo e iniciar un proceso de mejoramiento del manejo de una unidad de producción típica de áreas de temporal.

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