Redacción
Los mexicanos le dieron su apoyo, primero con un mitin que reunió a más de cien mil personas en el zócalo capitalino, y después, con apoyo económico constante y sonante
Ciudad de México.- Hace 81 años que el presidente Lázaro Cárdenas del Río anunció a los mexicanos la nacionalización de la industria petrolera: las refinerías, instalaciones, todos los bienes muebles e inmuebles que le servían a las compañías extranjeras para lucrar con la extracción de petróleo pasaron a formar parte del patrimonio de la nación.
Y es que fue la respuesta del presidente al desacato de estas empresas que se habían negado a acatar una sentencia de laudo ratificada por la suprema corte que los obligaba a pagar a sus trabajadores y obreros mejores salarios.
Lázaro Cárdenas tomó esta decisión a pesar de que en las arcas no había recursos suficientes para pagar la indemnización correspondiente a la royal Dutch Shell, Sinclair Pierce oil Company, California Standard oíl Company of México y todas las demás compañías, sus filiales y subsidiarias.
Pero los mexicanos le dieron su apoyo, primero con un mitin que reunió a más de cien mil personas en el zócalo capitalino, y después, con apoyo económico constante y sonante.
Las crónicas relatan que hasta Cuauhtémoc Cárdenas, de entonces cuatro años, llevó su alcancía para sumar a la causa.
En apenas un mes nació por decreto Petróleos Mexicanos, que por sí misma se encargó de la extracción, refinación y comercialización del petróleo y sus derivados.
Pemex fue el ancla que permitió el desarrollo económico de México durante la década de los 70, sin embargo, entró en declive a consecuencia de la corrupción.
En 2013 dejó de ser una paraestatal y se convirtió en una empresa productiva del estado gracias a la Reforma Energética que propuso el presidente enrique peña nieto y aprobó el Senado de la República el 11 de diciembre.
El ex presidente aseguró que a pesar de que se abría el mercado a la iniciativa privada, México conservaría intacta su soberanía energética. La promesa fue que bajarían los precios de los combustibles y se crearían miles de empleos.
Cinco años después, el presidente Andrés Manuel López obrador ha emprendido una nueva vuelta de timón en materia de política energética: el combate al huachicol para el rescate de Pemex ha marcado los primeros meses de su mandato.
Aunque sus detractores acusaron de pretender confiscar los bienes de las empresas que invierten en la extracción de petróleo, AMLO ha respondido que su objetivo no es echar abajo la reforma energética, sino impulsar un nuevo auge de la industria para el beneficio de los mexicanos.