[Redacción]
Hoy, los mexicanos nos sentimos legítimamente orgullosos de nuestro patrimonio natural
Ciudad de México.- Los recursos naturales de México constituyen una de las mayores riquezas de nuestra sociedad y, al mismo tiempo, una de sus mayores responsabilidades. El territorio mexicano ─sus valles y montañas, sus islas y litorales─ es hogar de innumerables especies, muchas de ellas endémicas, y de complejos ecosistemas que hacen del nuestro uno de los doce países megadiversos del mundo.
Y es que en el portal de la SEMARNAT, da a conocer el crecimiento industrial, que se ha expandido y acelerado alrededor del mundo en las últimas décadas, ha tenido un fuerte impacto en el medio ambiente. Es imperativo equilibrar la relación entre desarrollo económico y conservación del entorno, asegurando que los recursos naturales sean aprovechados de manera sostenible. Se trata del mayor desafío que hoy enfrenta la humanidad, no sólo por el deterioro que ya han sufrido los ecosistemas en diversas regiones sino también por la grave amenaza que significa la alteración de los patrones climáticos causada por la actividad humana.
El cuidado de la extraordinaria riqueza natural que poseemos constituye, por todo ello, un deber no sólo ante nuestra sociedad sino ante la comunidad internacional. Consciente de esta responsabilidad, el Gobierno de la República asumió el compromiso de enfrentar los grandes retos ambientales de nuestro tiempo, dando especial atención al cuidado de nuestros ecosistemas.
El catálogo de avances va desde la ampliación de la superficie cubierta por Áreas Naturales Protegidas y el incremento de áreas de bosque, hasta el manejo sostenible del agua y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Hay todavía mucho por hacer para lograr el México más limpio, verde y sostenible que todos anhelamos. Pero es indudable que nuestro país ha realizado grandes avances en materia ambiental, producto del esfuerzo y la dedicación de miles de funcionarios públicos comprometidos. Se trata de una responsabilidad colectiva, a la que todos debemos contribuir.
La política ambiental de México es un buen ejemplo de que los objetivos nacionales sólo se pueden alcanzar con visión de futuro, en un espíritu de unidad, anteponiendo siempre el interés general de nuestra Nación, al mismo tiempo que contribuimos al bienestar de la humanidad.
Hoy, los mexicanos nos sentimos legítimamente orgullosos de nuestro patrimonio natural y estamos conscientes de la responsabilidad que todos compartimos en el cuidado de nuestros recursos naturales.
Los avances en la protección de nuestro medio ambiente constituyen un paso importante para asegurar que las y los mexicanos de mañana puedan disfrutar plenamente de nuestro México, el hogar que todos compartimos. Se trata de un legado de esperanza para futuras generaciones.