Solidaridad de vecinos en la Colonia Roma, movilización por la vida

[Redacción]

La ayuda de los vecinos y voluntarios ofrecen sopa caliente o arroz para todos aquellos que han trabajado toda la noche o iniciarán una jornada sin horario, ni hora de salida, palas en mano y pico caminan hacia el derrumbe y la tragedia

Ciudad de México.- Los ciudadanos voluntarios, además de cientos de militares, policías y voluntarios se movilizan para salvar vidas, están en el lugar de la tragedia la colonia Roma, donde el sismo pego fuerte a sus edificios.

Y es que en un recorrido realizado por el portal de noticias www.vertienteglobal.com por el lugar de la tragedia en la ciudad capital y apenas a unos pasos donde todo parece estar en calma, la calle de Oaxaca número 286, colonia que se hizo viral en redes sociales cuando en un abrir y cerrar de ojos, un inmueble se vino abajo, con personas que no alcanzaron a salir.

Aquí los vecinos en solidaridad comentan: «Todos venimos y escuchábamos con angustia los gritos de una mujer que tomaba video con su celular, gritando desesperada que salieran del edificio».

Por ello, las manos y los brazos se multiplican para intentar rescatar a quienes quedaron atrapados.

Mientras que un militar, señaló  que sabe de dos personas que se han comunicado vía celular que están vivas, y ante ello, los esfuerzos se intensifican con la prioridad de salvar más vidas.

En ese momento, el eco de Angélica Huerta se transmite de grito en grito; la esperanza de encontrar o siquiera saber de sus familiares atrapados.

Las horas de angustia parecen terminar, aunque ahora hay que esperar si el ser querido está vivo o muerto, eso solo ella lo sabrá porque pasó por una infranqueable valla para la mayoría de los ahí presentes.

La ayuda de los vecinos y voluntarios ofrecen sopa caliente o arroz para todos aquellos que han trabajado toda la noche o iniciarán una jornada sin horario, ni hora de salida, palas en mano y pico caminan hacia el derrumbe y la tragedia.

Pero al mismo tiempo se abre paso a la esperanza y a la vida, que se aferró a este mundo, pese a las toneladas de escombros que se le vinieron encima con el sismo de 7.1 a 32 años de la tragedia ocurrida en la capital mexicana.

 

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