El arte es lo único que va a transformar al ser humano: Olga Tapia

Olga Tapia UJAT

[Redacción]

La autora comparte páginas con dos jóvenes pintores tabasqueños: Manuel Tec Méndez y Jayro Arias, estudiantes de promotoría cultural en el Centro de Estudios de las Bellas Artes, quienes aplicaron estilo naíf a sus cuadros con los que van contando paso a paso, pero con pincel y acrílico, la misma historia

Villahermosa, Tabasco.- La escritora Olga Tapia García sigue cosechando reconocimientos con sus relatos. Sus libros como “Rufino el pintor” recién publicado por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) y su aspecto expresivo coinciden con la imagen de una madre millennial que lo mismo comparte recetas en YouTube, que regala anécdotas de corte aleccionador para niños y jóvenes en sus clases de literatura “pero sin regañar, siempre con vivacidad y sonrisas”.

Y es que sS presencia es cada vez más reconocida con simpatías dispares. “A mí me hubiese gustado que fuera mi mamá” dicen algunos adultos en sordina, mientras que otros la reconocen como la mujer que ha revolucionado el género didáctico aportando ideas que mueven conciencias. Y los niños ni se digan, la admiran porque sus libros siempre están llenos de imágenes y color.

Con “Rufino el pintor” la escritora cuenta la anécdota de un personaje que tiene la capacidad de pintar aves monocromáticas –de un solo color- que, al terminarlas, podían salir volando del lienzo llenas de felicidad y reunirse con su creador en el espacio de los sueños. Era lo habitual hasta que un amigo del joven Rufino, llega a su estudio, y lo critica porque las aves que pinta solo tienen un color. Ese comentario lo escuchan las aves, se ponen tristes y luego piden más y más colores.

Eso le permite a la escritora, sin mucha complejidad estética ni filosófica, entrar de lleno al problema de la pérdida de identidad, de la infelicidad creada como necesidad ficticia cuando no se tiene aquello que mercadólogos de la felicidad, dicen que se debería de tener para ser feliz.

La escritora confía en el arte, no para ser feliz, sino para lograr algo que quizá está antes de eso que llaman felicidad: transformar al ser humano para bien, algo que dice no han podido hacer la religión ni la política.

“Voy a cumplir 60 años y aprendí vivir con integridad gracias a los regaños, pero los jóvenes de ahorita ni siquiera tienen quien los regañe. Eso me preocupa. Por eso mi libro está dedicado a todos porque todos debemos de involucrarnos en ser mejores personas”.

Otra característica muy apreciada por los lectores de “Rufino el pintor” es que la autora comparte páginas con dos jóvenes pintores tabasqueños: Manuel Tec Méndez y Jayro Arias, estudiantes de promotoría cultural en el Centro de Estudios de las Bellas Artes, quienes aplicaron estilo naíf a sus cuadros con los que van contando paso a paso, pero con pincel y acrílico, la misma historia.

¿Son cuentos para niños y jóvenes, o se pueden acercar los adultos?

– Para todos, para todos. Un niño puede disfrutar las pinturas y al mismo tiempo que leer el fragmento que más le gusta, el joven puede leer la historia completa, el adulto se sentará y reflexionará sobre el conjunto completo. Es para todos porque todos debemos de involucrarnos en mejorar, en ser mejores personas.

¿Esa sería su gran lección, que la literatura, el arte, sirve para hacernos mejores personas?

-Sí, así lo creo. El arte es lo único que va a transformar al ser humano. Tú lo puedes ver con la religión, hay miles, pero ninguna lo ha logrado realmente. Y la política tampoco ha funcionado. En cambio el arte te estremece, te acaricia el alma. Tal vez alguien me diga que lo que escuchó o leyó no coincide con lo que ve en las pinturas, y yo creo, que de eso se trata la cultura, de abrir puertas para encontrar tu imaginacón.

A sus sesenta es una youtuber, ¿cómo nació esta idea?

-Sí, cómo ves. Nació porque los chamacos de Cárdenas, Huimanguillo, de todo el estado a los que doy mis talleres me decían: oiga maestra, qué onda, dónde la podemos ver después. Y entonces yo les dije, espérenme que yo voy a ser como Werevertumorro pero en vieja algo vieja. Y así, me dicen que me parezco a Silvia Pinal.

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