Celebran mexicanos el Día de la Virgen de Guadalupe

virgen de guadalupe

[Redacción]

*En los primeros minutos de este 12 de diciembre, miles de personas se congregaron en la Basílica de Guadalupe para cantar las mañanitas a la Virgen de Guadalupe y así conmemorar el 483 aniversario de las apariciones

México, DF.- Como cada año, sin importar el día de la semana en que se celebra a la Guadalupana, arribaron fieles al Tepeyac, empujados por la crisis económica o la necesidad de encomendarse a un ser superior, otros con la fe cada año llegan a la Basílica de Guadalupe.

Desde el miércoles comenzaron a llegar a la Basílica peregrinos de diversas partes del país a bordo de autobuses, camiones de carga, camionetas, automóviles, a pie o en bicicleta para pedir a la Virgen de Guadalupe que les ayude a sobrellevar la actual situación de violencia o de carencias económicas que hay en México.

Los peregrinos

Un peregrino de nombre Juan llegó la noche de este jueves 11 desde Valle de Chalco y recorrió de rodillas los dos kilómetros que hay desde Peralvillo hasta la Basílica, ya el último tramo lo realizó prácticamente a gatas, apoyándose en su brazo izquierdo completo, y en su brazo derecho que más bien es un muñón.

Le acompañan sus dos hijas que también avanzan a gatas, y quienes estuvieron a punto de morir recientemente a causa de enfermedades que no pudieron ser atendidas oportunamente debido al estado de miseria en que viven.

A lo largo de la Calzada de Guadalupe avanzan peregrinos cargando imágenes de la Virgen que son más grandes que ellos mismos; hay personas que son llevadas en silla de ruedas, en carriolas son trasladados niños que aún no pueden caminar, hay peregrinaciones encabezadas por heraldos que llevan antorchas, caravanas de ciclistas que terminan rendidos y se acuestan a descansar en el atrio mismo de la Basílica.

Hay cientos de peregrinaciones que llegan uniformadas y en un orden casi militar o familias que se lanzaron a la calle desde la madrugada del mismo jueves desde Amecameca o Pachuca para llegar a tiempo de cantar Las Mañanitas a la Virgen.

La conmemoración de la Virgen de Guadalupe se ha convertido desde hace años en una celebración gigantesca, que rebasa a cualquier otra que se realice en el país, con cifras desquiciantes.

Se calcula que 26 mil elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, la Procuraduría capitalina, Protección Civil, Desarrollo Social y la delegación Gustavo A. Madero participan en la seguridad en torno a la Basílica de Guadalupe y en el resto de la ciudad.

Y es que un sábado de 1531 a principios de diciembre, un indio llamado Juan Diego, iba muy de madrugada del pueblo en que residía a la ciudad de México a asistir a sus clases de catecismo y a oír la Santa Misa. Al llegar junto al cerro llamado Tepeyac amanecía y escuchó una voz que lo llamaba por su nombre.

Él subió a la cumbre y vio a una Señora de sobrehumana belleza, cuyo vestido era brillante como el sol, la cual con palabras muy amables y atentas le dijo: «Juanito: el más pequeño de mis hijos, yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios, por quien se vive. Deseo vivamente que se me construya aquí un templo, para en él mostrar y prodigar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa a todos los moradores de esta tierra y a todos los que me invoquen y en Mí confíen. Ve donde el Señor Obispo y dile que deseo un templo en este llano. Anda y pon en ello todo tu esfuerzo».

De regresó a su pueblo Juan Diego se encontró de nuevo con la Virgen María y le explicó lo ocurrido. La Virgen le pidió que al día siguiente fuera nuevamente a hablar con el obispo y le repitiera el mensaje. Esta vez el obispo, luego de oir a Juan Diego le dijo que debía ir y decirle a la Señora que le diese alguna señal que probara que era la Madre de Dios y que era su voluntad que se le construyera un templo.

De regreso, Juan Diego halló a María y le narró los hechos. La Virgen le mandó que volviese al día siguiente al mismo lugar pues allí le daría la señal. Al día siguiente Juan Diego no pudo volver al cerro pues su tío Juan Bernardino estaba muy enfermo. La madrugada del 12 de diciembre Juan Diego marchó a toda prisa para conseguir un sacerdote a su tío pues se estaba muriendo. Al llegar al lugar por donde debía encontrarse con la Señora prefirió tomar otro camino para evitarla. De pronto María salió a su encuentro y le preguntó a dónde iba.

El indio avergonzado le explicó lo que ocurría. La Virgen dijo a Juan Diego que no se preocupara, que su tío no moriría y que ya estaba sano. Entonces el indio le pidió la señal que debía llevar al obispo. María le dijo que subiera a la cumbre del cerro donde halló rosas de Castilla frescas y poniéndose la tilma, cortó cuantas pudo y se las llevó al obispo.

Una vez ante Monseñor Zumarraga Juan Diego desplegó su manta, cayeron al suelo las rosas y en la tilma estaba pintada con lo que hoy se conoce como la imagen de la Virgen de Guadalupe. Viendo esto, el obispo llevó la imagen santa a la Iglesia Mayor y edificó una ermita en el lugar que había señalado el indio.

Pio X la proclamó como «Patrona de toda la América Latina», Pio XI de todas las «Américas», Pio XII la llamó «Emperatriz de las Américas» y Juan XXIII «La Misionera Celeste del Nuevo Mundo» y «la Madre de las Américas».

Cabe destacar que la imagen de la Virgen de Guadalupe se venera en México con grandísima devoción, y los milagros obtenidos por los que rezan a la Virgen de Guadalupe son extraordinarios.

Deja una respuesta

Cerrar menú