El nopal, la planta emblemática del escudo nacional

[Redacción]
La cuenca de México es actualmente el hábitat de más de una docena de especies de nopales
Ciudad de México.- Varios códices novohispanos incluyen diversos elementos de la fundación de Tenochtitlán. Algunos de estos se perpetúan en el emblema nacional mientras que otros desaparecen. El nopal permanece.
Hace 20 mil años, aproximadamente, cuando los primeros pobladores llegaron a la cuenca de México y vivían como nómadas cazadores y recolectores encontraron varios géneros de cactos de los cuales se alimentaban. Del nopal son los mayores y más antiguos registros que se tienen.
Este vegetal habría sido domesticado hace nueve mil años y, junto con el maguey, el maíz y el frijol; fue el alimento principal de los grupos chichimecas. Lo llamaron nopalli, voz náhuatl que quiere decir árbol que lleva tunas.
Al colonizar estas tierras, los españoles se sorprendieron con esta planta, que castellanizaron como “nopal” . Fray Bernardino de Sahagún describió como “monstruoso” al vegetal cuyo tronco se compone de las hojas y las ramas se hacen de las mismas hojas que son anchas, gruesas y comestibles.
Actualmente en el México megadiverso es tan extenso el uso del cacto llamado nopal en la alimentación, la ganadería, el arte, la construcción, la ciencia, la estética y mucho más, que la planta con forma de raqueta espinada impacta transversalmente a todos los mexicanos.
Debate de especies

El nopal, percha sobre la que, según el mito fundacional de México, apareció un águila devorando a una serpiente, es junto con esta ave el elemento permanente en las sucesivas versiones del escudo nacional a lo largo de la historia.

La cuenca de México es actualmente el hábitat de más de una docena de especies de nopales.

La Opuntia Streptacantha, o nopal cardón, es identificada por algunos historiadores como la especie que aparece en las primeras representaciones del escudo, por sus tunas rojas y por ser endémico del centro y norte de México.
Otros opinan que es del género Opuntia-ficus-indica, de tunas verdes y amplia distribución, pero también se menciona al nopal chamacuelo (Opuntia tomentosa) y al de espinas lacias (Opuntia lasciacantha), de flores naranja y tunas rojas, mientras otros sostienen que se trataba de la chumbera, Opuntia dejecta, de distribución más tropical, por sus flores largas y con pistilo y estambres sobresalientes.
Riqueza nopalera
La familia de los cactos (biznagas, tetechos, nopales y choyas) se originó en el continente americano y se distribuye naturalmente desde el sur de Canadá hasta la Patagonia, en Argentina. De las mil 400 especies de cactos, 670 viven en México y de éstas, 508 son endémicas.
El territorio mexicano se considera el centro de mayor diversidad de cactos del continente, pero también es centro de la diversidad de nopales. Estos conforman el grupo vegetal con más especies y más amplia distribución de los cactos.
Algunos especialistas los dividen en dos grupos: Opuntia y Nopalea. Aunque los tallos de ambos grupos son muy similares, la forma de las flores es distinta. Las del género Opuntia parecen copas con pétalos pequeños y son polinizadas por insectos, las de Nopalea son elongadas y con pistilo y estambres largos y sobresalientes, y las polinizan los colibríes.
De aproximadamente 200 especies de nopales, 101 (93 de Opuntia y ocho de Nopalea) viven en México. De las noventa y tres especies de Opuntia, sesenta y dos son endémicas del país y de las ocho especies de Nopalea, seis son endémicas, según la botánica Leia Scheinvar.
Hasta en la literatura
Octavio Paz, José Emilio Pacheco y Pablo Neruda, poetas universales, lo han citado para describir a un México vibrante y lleno de historia.
“México, con su nopal y su serpiente; México florido y espinudo, seco y huracanado, violento de dibujo y de color, violento de erupción y creación, me cubrió con su sortilegio y su luz sorpresiva” escribió Neruda en Confieso que he vivido, libro de memorias del autor chileno.

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